Descripción de la Exposición Según iba a concluyendo los cuadros que conforman la presente exposición, pensaba, un poco despreocupadamente, en cuál era el hilo conductor -si existía- que emparentaba a todas estas obras. Miraba alrededor. Piezas grandes, medianas, pequeñas. Una suerte de mosaico aleatorio donde las playas daban paso a los paisajes nevados, donde el cielo y el océano se encontraban y conversaban sin prisa. Paisajes ajenos a la estridencia. Paisajes que rehuían al dictado del ojo y obedecían a una voluntad puramente emocional. En el fondo -seguía pensando- no estaba ante nada nuevo. Nada que no figurara en mis entregas previas: es difícil que los intereses de un artista experimenten mutaciones profundas en cortos espacios de tiempo. Mi argumento siempre se ha valido de conceptos como la fugacidad, la vulnerabilidad de casi todo lo que el artista percibe en la contemplación del paisaje, o por el contrario, en aquellos elementos que cuyos cambios son imposibles de precisar en lo que dura una vida humana. En estas reflexiones renovadas sobre la medida de lo humano para cuantificar las dimensiones espaciales y temporales del paisaje, hice consciente una cuestión que sólo había considerado muy superficialmente pero que eran una constante vigorosa en el conjunto de mi obra reciente: el hombre era el gran ausente en mis cuadros. Y su situación se había acentuado aún más si cabe con el tiempo. Las huellas de lo humano, que aún siguen estando presentes aunque de manera secundaria, aparecen ahora forzadas en su desolación. Es como si la presencia del hombre se estuviera alejando cada vez más de nuestra percepción. Como si ya no tuviéramos un lugar en esos escenarios, y las pocas señales de humanidad que quedan vigentes, tuvieran prisa en desaparecer. Este análisis me llevó a un título que a la postre es el de esta exposición: Los Deshabitados. Refiriéndome con ello a estos paisajes despojados del hombre. La utilización de artículo 'los' en el título vincula estas imágenes con una existencia inteligente que ha poblado los lugares que reproduzco en mis pinturas; en definitiva, los dota de una sustancia puramente humana. La negación nos habla a la vez de un momento en el que sí fueron habitados así como de la posterior desocupación de los mismos. Apuntando estas someras claves, el resto de este conjunto, de estos 'deshabitados', es concitar al espectador para que no quede indifrenete anteellos. Invitarle a reconocer en la esencia de estos paisajes, la ausencia del hombre, la de ellos, como parte complementaria y singular del ser humano. Jesús Mansé
Premio. 27 ene de 2025 - 10 mar de 2025 / Vitoria-Gasteiz, Álava, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España