Descripción de la Exposición Es Baluard Museu d'Art Modern i Contemporani de Palma presenta una selección de importantes obras del colectivo de artistas cubanos Los Carpinteros procedentes de la colección Thyssen-Bornemisza Art Contemporary (T-B A21), fundada por Francesca von Habsburg, hija del barón H.H. Thyssen-Bornemisza. La exposición 'Los Carpinteros. Handwork - Constructing the World. Obras de la colección Thyssen- Bornemisza Art Contemporary' es la primera exhibición individual de Los Carpinteros en un museo español y está patrocinada por la Fundación Banco Santander. La exposición de Es Baluard gira alrededor de cuatro esculturas de grandes dimensiones e instalaciones: Cama (2007), un lecho entrelazado con la forma de lo que aparenta un pretzel o bien una autopista que evoca al ámbito psicológico del sueño y los sueños. Portaviones (2005), una piscina en miniatura, adopta la forma de un portaaviones, complicando las expectativas de funcionalidad y utilidad, ocio y guerra. Frío Estudio del Desastre (2005) es una precisa reconstrucción de un muro penetrado por un misil, una imagen congelada del momento de la explosión que resulta una escena extraña a ojos del espectador. Espejos de Agua (2001) consiste en una serie de antiguas mesas de dibujo cubiertas de agua, de modo que ésta refleja la luz eléctrica de un grupo de lámparas de escritorio, creando un instante precario donde el papel y la materia se convierten en licuefacción y reflejos efímeros. Además, una serie de acuarelas de grandes dimensiones muestran la compleja relación entre dibujo y objeto, diseño y escultura en su obra además de su amplio abanico temático y de manipulaciones conceptuales. Es Baluard edita una publicación con información específica de les obras expuestas. Ésta se completa con una monografía editada por la Thyssen-Bornemisza Art Contemporary que proporciona una visión exhaustiva de las prácticas artísticas de Los Carpinteros entre 2003-2010. También se podrá adquirir una edición especial de esta monografía, diseñada por Los Carpinteros, que incluye unas flip flop. Francesca von Habsburg, fundadora y presidenta de la Thyssen-Bornemisza Art Contemporary, ha seguido la trayectoria de Los Carpinteros coleccionando desde hace años su obra y considera las creaciones de estos artistas como una parte importantísima de su colección de arte contemporáneo a la vez que una contribución imprescindible del arte actual en el mundo. 'Conocí a los artistas en La Habana, Cuba, en 2001 y me pareció que su trabajo era absolutamente original, me encantó su punto de vista sobre nuestra sociedad, nuestros valores, complementado con un sentido del humor muy particular. He seguido su carrera durante muchos años y estoy encantada de verla florecer en España, donde se han instalado recientemente. Hay mucho interés en su obra, particularmente por parte de Elena Foster y su nueva galería Ivorypress. ¡Es de hecho un honor y un placer colaborar con ella en este proyecto! Los Carpinteros son ahora reconocidos artistas internacionales y he incluido su obra en todas las exposiciones internacionales de la fundación T-B A21', afirma Francesca von Habsburg. Los artistas Los Carpinteros (Dagoberto Rodríguez y Marco Castillo) han sido reconocidos internacionalmente por sus acuarelas, esculturas e instalaciones. Los artistas se inspiran en el mundo real, especialmente en las estructuras arquitectónicas y urbanas, en diseños y objetos de madera, herramientas y materiales de construcción con el objetivo de realizar obras que expresan una sintaxis basada en las contradicciones entre objeto y funcionalidad, arte y día a día, practicidad e inutilidad. Pese al pseudónimo Los Carpinteros, el medio más prolífico en la trayectoria de este colectivo son las acuarelas de grandes dimensiones: estudios meticulosos de objetos transformados, materia fundida, muros explosivos, todo ello capturado en lo que parecen instantes eternos. Estas acuarelas son, en muchos casos, anteproyectos de esculturas o instalaciones. Algunas creaciones anteriores de Los Carpinteros, tanto objetos y diseños de madera así como acuarelas, pudieron verse en la Sala de Arte de la Ciudad Financiera del Banco Santander en 2010. -------------------------------------------- ?LOS CARPINTEROS. HANDWORK ? CONSTRUCTING THE WORLD. OBRES DE LA COL·LECCIÓ THYSSEN-BORNEMISZA ART CONTEMPORARY? (Texto de Daniela Zyman, comisaria jefe, procedente del catálogo de la exposición) Uno de los sellos distintivos de la literatura latinoamericana -en caso de que uno quiera establecer ciertas demarcaciones territoriales- es la fusión de lo político con el humor cáustico y la parodia surrealista. Más conocido como realismo mágico, este género literario estrechamente vinculado a la región insiste en lo paradójico, lo híbrido y lo conspicuo, al modular el tiempo en movimientos cíclicos y crear una atmósfera de incertidumbre y sospecha. Los relatos laberínticos de Jorge Luis Borges y las complejas estructuras narrativas del escritor cubano más conocido, Alejo Carpentier, tejen de manera acertada insinuaciones de la vida cotidiana (y de sus horrores) con técnicas especulares, desdoblamientos y transgresiones, plasmando un mundo sorprendente y a veces jocoso donde lo posible y lo imposible conviven cómodamente. Dichos autores consiguen esta paradoja al dejar que los lectores entren en el territorio de lo que es comúnmente conocido, familiar y confortante con la única intención de atraparlos en el estado de credulidad en el que se encuentran y atraerlos a un terreno todavía más absurdo, traicionero y complicado. Estas técnicas y paradojas son tropos recurrentes en la obra de uno de los colectivos de artistas más prolíficos de Cuba, Los Carpinteros, en activo desde 1991. De hecho, los integrantes actuales del colectivo, Marco Castillo y Dagoberto Rodríguez, son verdaderos maestros de la subversión, la parodia y el camuflaje. Lo anterior sigue siendo válido por la manera en que han establecido su colaboración como falsos carpinteros, pero lo es más aún por el lenguaje estético híbrido y refinado que han creado a lo largo de los años. En lo que toca al realismo mágico, el mundo de objetos distorsionados e irreales de Los Carpinteros alude a una ecología de transformación e incertidumbre política, así como a una sociedad que habita y produce dichas realidades. El archivo de objetos que han imaginado y dibujado, o construido físicamente, presenta evidentes tendencias esquizoides y traumas, están partidos por fallas y deformados por derretimientos, hemorragias y rotaciones en espiral. Obligados a adoptar apariencias desgarbadas, posiciones excéntricas, yuxtaposiciones, proliferaciones y alineaciones simétricas, o transmutaciones opuestas, estos objetos en metamorfosis parecen haber sufrido los efectos de sustancias infecciosas o tóxicas, o de deformaciones causadas por presión, fuerza o estrés, provocando distorsiones y patologías de origen interno que pueden ser aisladas o generalizadas. Las parodias que estos objetos escenifican no solo revelan un potencial delirante y humorístico sino que también revelan las contorsiones adoptadas para resistir, interiorizar o adaptarse a los marcos de lo político. No obstante, el sentido de lo político representado por el objeto es un residuo espectral, el fantasma de una ideología desaparecida, reformada y revisada, una orden de segundo grado. El verdadero marco de un enfoque de lo político como este es claramente La Habana de la década de 1990, una época de escasez y represión severas que marcó decisivamente el trabajo del colectivo. Tras la caída del bloque soviético, los cubanos experimentaron durante más de diez años las particularidades del Periodo Especial y las graves consecuencias de un colapso económico, al sufrir los efectos de las penurias, la desintegración del orden social y la hipocresía del aparato político. En esa década surgió toda una generación de artistas, formada bajo los auspicios de la recién inaugurada Bienal de La Habana, que gozó de un amplio reconocimiento internacional. Dicha generación se benefició de un clima político de relativa clemencia (aunque desorganizado) y pudo explorar discursos poscoloniales y asimilar distintas formas de neoconceptualismo y posconceptualismo. Fue una época de contrastes extremos y violentos, en la que el fervor revolucionario fue reemplazado por el desencanto y las utopías fueron sustituidas por el trauma personal, el pragmatismo y la subversión irónica. Solía ser imposible abordar el trabajo de Los Carpinteros sin reflexionar sobre las particularidades de La Habana, así como sobre la lucha civil y la ingenuidad de sus habitantes durante los últimos veinte años. Los artistas recurren a menudo a la noción de contaminación (ideológica) para describir el efecto del entorno tanto sobre sus objetos como sobre sus manipulaciones semánticas. Pero, desde hace poco -tal vez a raíz de que se instalaron (temporalmente) en Madrid y establecieron un estudio en España-, sus creaciones han adoptado un tono más universal y parecen estudiar las ideas de manipulación, teatralización y animación extrema, alejadas de las realidades sociales que por lo común han producido, o al menos contaminado, estos imaginarios. Queda por ver cómo continuará evolucionando la obra de Los Carpinteros en esta nueva fase, al abordar más vívida y mordazmente, como parece, los efectos de la mercantilización y del capitalismo. La exposición «Los Carpinteros. Handwork - Constructing the World» (Los Carpinteros. Trabajo manual - Construir el mundo), integrada por piezas destacadas de la colección Thyssen- Bornemisza Art Contemporary (T-B A21), permite examinar los principios metodológicos más utilizados por el colectivo, así como algunos de sus temas y materiales predilectos. La relación entre concepto, dibujo y ejecución hace que Los Carpinteros sean trabajadores manuales, tal vez con la única diferencia de que trabajan de noche (como los obreros descritos por Jacques Rancière en La nuit des prolétaires. Archives du rêve ouvrier): la hora del sueño, de la libre asociación y la repetición. De noche, metafóricamente, el trabajador deconstruye y critica, crea su propia utopía, modela su realidad y da un nuevo impulso a su agenda. Los cuatro ejes de la muestra, representados por sendas instalaciones esculturales creadas entre 2001 y 2007, permiten esbozar algunas de las cuestiones centrales del trabajo de Los Carpinteros y confrontarlas con los dibujos y acuarelas que constituyen (algo más que) anteproyectos y un archivo de ideas para las esculturas. Como la producción tiende a ser muy sistemática y se basa en principios conceptuales claros, dichas piezas nos permiten abordar aspectos cruciales de su creación artística. *** Las piscinas y el agua en general, así como los efectos producidos por el agua sobre los sólidos, desempeñan un papel muy importante en la obra de Los Carpinteros y constituyen un tropo recurrente tanto en los dibujos como en las realizaciones esculturales. Las piezas dedicadas a este tema son tal vez el primer conjunto -y también el más completo- de esculturas y acuarelas que los artistas han creado al explorar exhaustivamente las transformaciones morfológicas, semánticas y formales de un objeto. En La Habana, las piscinas son vestigios de la edad de oro de lujo, juegos, crimen organizado e intereses económicos acaparados por Estados Unidos en las décadas de 1940 y 1950. Ahora que el agua se ha convertido en un bien preciado y que la decadencia de la época que precedió la revolución fue sustituida por los rigores de una economía planificada constantemente y amenazada por las escaseces, las piscinas se destinan a usos muy pragmáticos. Poco a poco y con el tiempo, nuevos usuarios se han reapropiado de dichas instalaciones y las han transformado en casas provisionales o las han adaptado para distintas necesidades como vivienda, cría de ganado y cultivo de frutas y verduras. El cruce programático de los códigos de riqueza/ escasez, privilegio/precariedad, modernismo/ distopia y poesía/realidad es patente en las esculturas que fusionan piscinas con otros objetos y funciones, como en Portaaviones (2005). En este caso, la piscina adopta la forma de un portaaviones, equipado con bomba, luces, desagües y demás elementos indispensables. El carácter simulado y ficticio alcanza una mayor elaboración en los dibujos de Los Carpinteros, como Casa con piscina (2005), con casas enteras bajo el agua o diseños arquitectónicos modernistas que parecen islas flotantes. La idea de hibridación o cruce programático -es decir, la transformación de un objeto en otro o la atribución de una función extraña a este- se puede apreciar en Cama (2007). Con esta última, y una larga serie de esculturas de camas, Los Carpinteros estudian y subvierten objetos del ámbito doméstico. El bastidor y el colchón de la cama metálica presentan dos extensiones que se bifurcan, describiendo giros sobre sí mismas y creando una intersección viaria surrealista. Pese a que la cama no puede usarse de manera normal, alude a actividades como dormir, soñar y tener relaciones sexuales. Un refugio tan íntimo y humano como el hogar se yuxtapone de manera evocadora al ámbito público (exposición). Al igual que en otras piezas y dibujos que analizan los temas relacionados con las actividades de dormir, soñar y tener pesadillas, así como con las manifestaciones que están estrechamente relacionadas con estas (sombras, reflejos, etc.), la morfología de Cama parece impulsada por flujos subconscientes de visiones nocturnas que transforman el colchón en una autopista de sueños laberíntica. En la instalación Espejos de agua (2001), las seis mesas de dibujo de madera -cada una rodeada por seis lámparas de escritorio encendidas- parecen ser bastante ordinarias a primera vista. Pero una observación más detallada permite constatar que el agua ha reemplazado al papel y que la luz no se refleja en una lámina de vidrio sino en una superficie poco profunda de líquido, subvirtiendo la función habitual de la mesa como lugar para dibujar. La yuxtaposición de materiales disonantes e incompatibles -como la madera y el agua, el agua y la electricidad- y el juego con lo plano, lo ilimitado y lo expansivo del agua generan cambios entre los múltiples planos de la funcionalidad y el simbolismo. Los reflejos de las mesas aluden a la naturaleza del proceso artístico y a la dificultad de representar, de dibujar a partir de ideas e intervenir en el reino de lo perceptible. Verse reflejado en el agua y sentirse atraído por el abismo del reflejo de uno mismo revive el antiguo mito de la soberbia, de perder el contacto con el propio sentido de la realidad. No obstante, como las mesas parecen pertenecer al reino de los sueños y la noche, también permiten establecer relaciones narrativas, líneas de subjetivación y ensoñación, esenciales para las estrategias de duplicidad y dislocación. Como ya se ha mencionado, la distorsión, la transformación o el derretimiento morfológicos son operaciones formales y críticas que se realizan sobre los objetos. Los «fríos estudios» -para emplear un término acuñado por Los Carpinteros para designar un modo de investigación sin emociones, distanciado y objetivo- abarcan todos estos procesos fríos de destrucción. La versión extrema de una destrucción fría se puede observar en la instalación Frío estudio del desastre (2005), que representa la explosión, cuidadosamente escenificada, de un muro de bloques de hormigón al recibir el impacto de un misil balístico. Lo que confiere tanta espectacularidad (y gran popularidad) a esta instalación es que materializa perfectamente la noción de un instante congelado en tres dimensiones. La explosión presentada con elegancia no evoca una detonación ensordecedora sino que genera una atmósfera de inmovilidad misteriosa, un escenario donde el tiempo y la gravedad están suspendidos. Este tipo de instantes fríos o congelados ha quedado espectacularmente plasmado en una serie de dibujos más reciente, creada específicamente para la muestra: Éxodo II, Sistema de alumbrado público III y Tornado amarillo doble (todos de 2011). La reelaboración constante de elementos y signos que componen el «lenguaje» idiosincrático creado por Los Carpinteros (repetición, transformación, deformación morfológica, distorsión semántica, teatralización espectacular, ironía, etc.) les permite superar el carácter estático de los objetos, determinado por las convenciones y por el uso, para revelar las infiltraciones ideológicas (socialistas o capitalistas) y sirve como una herramienta para construir un mundo de diferencias. Son objetos del deseo -máquinas de deseo, para retomar la noción de deseo de Gilles Deleuze y Félix Guattari como motor en la comprensión de nuestra relación con las mercancías-. El lugar que permite liberarnos de las represiones sociales y activar a los objetos oníricos creados por el inconsciente. A través de variaciones y reformulaciones incesantes Los Carpinteros aíslan ciertos objetos del archivo de la cotidianeidad y los colocan en un estado crítico entre las condiciones precarias actuales, contaminaciones ideológicas y visiones utópicas. Los objetos son portadores de signos de una imitación simulada, dando lugar a una mediación insolente e imaginativa en el espacio de representación, gracias a la restauración paródica del aura del objeto artístico, de su autenticidad aparente y de su singularidad estética.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España