En la representación del árbol Miguel Álvarez Fernández, el Ponticu, toma conciencia sobre la degradación a la que se está sometiendo a la naturaleza y nos hace reflexionar sobre el entorno que nos rodea, pero a la vez nos lleva a la imagen del “árbol de la vida” que representa nuestra propia existencia y nuestro lugar en el mundo. Aunque también tiene una faceta como pintor, se define como un escultor que quiere dominar el espacio para contar todo su paisaje y atrapar en sus aceros los más singulares gestos de la naturaleza. En el pasado ha trabajado con otros materiales, pero el actual uso que hace del acero le permite captar la transparencia y el aire de las copas de los árboles, así como llevar sus creaciones a gran escala, como ejemplo “El Carbayón” de Oviedo, una escultura monumental de un roble con más de siete metros de altura.