Descripción de la Exposición
Para “Los años de plomo” en Gaga el artista presenta ocho serigrafías sobre plomo con textos, ligas electrónicas y códigos maliciosos de correos spam que datan del año 2007. Las impresiones fueron hechas en hojas de plomo de un grado metalúrgico del 98.783 % a las que se les aplicó una veladura de vinagre a mano. Una vez montadas en bastidores de madera las láminas se transforman en opacos paneles de color gris que toman la forma de pintura. La obra captura las diferentes asociaciones características del plomo, sobre todo la que se refiere a su toxicidad en su sentido científico así como a sus referencias a ciertos activos financieros, productos hipotecarios e incluso estados psicológicos y emocionales. Mezclados en correos spam la toxicidad se vuelve contagiosa mientras miles de correos no deseados inundan bandejas de entrada con correos que simulan ser mensajes personales, cargados de fraudes, estafas y virus. La predominancia de los correos de acciones bursátiles y de refinanciamiento en los años que precedieron a la crisis global financiera resalta más aún la toxicidad de un período al cual algunos mercados se refieren como los Años Dorados.
El plomo, conocido por su maleabilidad y la manera en la que reacciona a los químicos orgánicos, alberga una deslumbrante obscuridad y registra de manera permanente en su superficie cada rasguño e impresión ya sea por su inherente estructura desigual, por una descuidada huella dactilar o por un gesto intencional en el proceso de impresión. Estas cualidades se relacionan con las ya mencionadas asociaciones metafóricas y simbólicas como elementos de montaje. Los pintorescos referentes gráficos, de obvios y claros orígenes, son manipulados aquí por el artista en nuevas composiciones visuales con vagos ecos de constructivismo, los cuales son impresos sobre el proceso neo-dadaísta de acción y azar inscritos en el material que soporta la obra. Lo que resulta es una suerte de escritura abstracta que se conjuga como una imagen libre de trampas literarias y discursivas que adornan gran parte del llamado arte contemporáneo serio. Con una debilidad por las apuestas y maestría en el juego, Walczak reta al apego a la referencia histórico-artística y al acordonado circuito de las redes de la pintura abstracta poniendo en riesgo una apertura dialéctica hacia la actualidad de la información, la cultura y el conocimiento.
La técnica del montaje es muy importante en la obra y práctica del artista. Formado en el cine y con un compendioso cuerpo de vídeos tras de él, el artista favorece los efectos dinámicos generativos del montaje sobre la apretada inercia del collage. De hecho, encuentra sus influencias más en el montaje intelectual del que fueron pioneros los maestros del cine soviético Vertov y Eisenstein que en la flemática ironía de Broodthaers o Duchamp. Más interesado en crear imágenes críticas que en tomar posiciones críticas como artista haciendo objetos artísticos, Antek ha tratado de explotar la forma declaratoria de conceptualización heredada de los medios de comunicación masivos y la publicidad moderna, una tarea sin duda imposible y llena de riesgos y desencantos. En el camino, como una suerte de metodología y protocolo, cuestiona de manera constante y empuja la relación del lenguaje y el texto en la práctica artística post-conceptual y post-internet. Esto lo hace precisamente acotando las ideas a las limitaciones de los objetos y materiales, vinculando el espíritu del pensamiento con el mundo en vez de subyugar al mundo a pensamientos, caprichos, dependencias y voluntades.
La alquimia fue alguna vez el arte de transformar la mierda en oro o de tomar un metal pobre y pesado y convertirlo en algo más elevado, más noble. Ahora es un arte muerto y mientras el suministro global de plomo extraído del mineral se agota, el reciclaje debe de dominar la tensión para así estar a la par de la creciente demanda de baterías de automóviles, balas y escudos de radiación. Lo mismo ocurre en el nivel de las ideas en el lodazal político y el estorbo económico de un sistema empapado de las represiones tradicionales y repercusiones que dieron pie a los Años de Plomo a finales de las décadas de los sesentas y setentas en Italia, Argentina, Alemania y Francia. La antigua economía del plomo en Roma pudo costear el confundir la silenciosa y ansiosa labor de sus neurotoxinas por una resaca fundada en sus ganancias y excesos, o calarlo todo hasta el indiscriminado y divino capricho de la locura. Hoy solo existe el Caput Mortem -el calcinado y muerto golpe- muerto tras años de refinamiento involucrando experimentos, operaciones y descubrimientos. Lo que queda es archivar el residuo y encarpetarlo en las desoladas áreas grises del Internet. ¿Qué esperanzas hay para la imaginación al enfrentarse a tal peso? ¿Qué esperanza existe en las propiedades mágicas de convertir spam en Arte (el más alto arte que el mercado solicita)?
Puede aún existir una fórmula para reducir materia y vida estéril en algo de uso subatómico y esencial. El símbolo alquímico del plomo es el mismo que el del planeta Saturno, que usa como símbolo la hoz. Dios de los Sábados y de la agricultura, es el planeta que reina sobre Capricornio. Es amo de la limitación y la restricción, de los límites, de la práctica y de la realidad, de la cristalización y de las estructuras. Saturno gobierna a la ambición, la profesión, a la autoridad y a la jerarquía así como a las allanadas estructuras sociales. Es el gran planeta maligno. Como Capricornio con ascendencia en Libra, Antek Walczak conoce bien sus tristes, amargos y plomizos aspectos y es por eso que en su búsqueda de la piedra filosofal del mundo actual tal vez tendría que enfrentarse con los sentimientos, la belleza y el entusiasmo de Venus, madre de la casa de Libra cuyo símbolo denota cobre.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España