-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

En medio del rostro diverso de la cultura mexicana, la aportación de las entidades federativas al concierto nacional del arte ha sido, sin duda, sobresaliente; no olvidemos que, en el siglo XX, Jalisco dio la cara por la escuela Mexicana de Pintura, con Orozco, Soriano y Reyes; Aguascalientes con Posada; Guanajuato con Rivera y Morado; Chihuahua con Siqueiros; Oaxaca con Tamayo, Nieto y Toledo; Zacatecas con los hermanos Coronel; Michoacán con Zalce; Colima con Michel y el D.F. con un movimiento de ruptura encabezado por Cuevas y un tropel de jóvenes creadores; que instalaron progresivamente, el rojo fuego, el azul añil, el terracota y el rosa de las sandías, el amarillo de las piñas y el azul de los magueyes, como los colores de ... lo mexicano.

Nayarit, en el Occidente de México, con una tradición que se remonta a los tiempos prehispánicos, tiene raíces que dan riqueza y fondo a una tradición plástica, que se ha hecho patente, a fines del siglo pasado, con la obra de Ortiz, Riestra, Cora y Maldonado y, a principios del presente siglo, con el trabajo de diez creadores auténticos y propositivos, producto de tres generaciones sucesivas.

Pedro Casant, oriundo de Santa María del Oro, aporta el misterio del azul profundo y su maestría en el manejo de la materia y el color; Vladimir Cora, nacido en Acaponeta, portador de la intensidad del Trópico de Cáncer y la brutalidad pagana de los borrados de Semana Santa; Adalberto Meza*, conjuga la fuerza expresiva de los coras y la magia cromática de los huicholes; Juan Lamas, adopta el esquema geométrico de los huicholes y los colores terciarios de los coras; Corina Ramírez, originaria de Santiago Ixcuintla, aborda el ser femenino, como tema unívoco y revelador; Nicolás Contreras, también de Acaponeta, adopta la figuración expresiva de la escultórica prehispánica y el brillante colorido del litoral mexicano; Alejandro Meza, dibujante certero, disecciona los organismos con precisión quirúrgica y los inserta en una atmósfera irreal; Manuel Cayeros, persistente espectador de la magia serrana, propaga signos inmemoriales con delirante espontaneidad, Ricardo Matzüwa Ayón, originario del D.F., es un cronista permanente de la cosmogonía Huixaxica e Irma Gutiérrez la más joven, dueña de una sátira personalísima y una técnica impecable.

Un Elemento de cohesión entre los integrantes de este grupo, es su pertenencia al Taller de la Plástica Nayarita A.C. fundado en Septiembre de 1977, plataforma desde donde han generado parte del patrimonio artístico de su Entidad y han proyectado la difusión y divulgación del Arte Nayarita. Finalmente, 10 de Nayarit es un breve muestrario del aporte individual y colectivo de los nayaritas al panorama diverso de la cultura Mexicana contemporánea.

*Los autores que no registran lugar de origen, son nativos de Tepic, Nayarit.