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El próximo 23 de marzo vuelve López Herrera a la galería Van Dyck, uno de los artistas más llamativos y esperados por los aficionados al arte que frecuentan esta galería.

Su pintura, alegre y colorista, se inscribe dentro del denominado realismo mágico, y nos muestra un mundo imaginario, repleto de situaciones anecdóticas y mensajes simbólicos. Sus figuras son las claras protagonistas de las obras y se presentan solitarias queriendo comunicarse con el espectador y hacerle partícipe de su mundo. De hecho, en la mayoría de las composiciones, los cuadros se convierten en una especie de mapa del tesoro, en el que el tesoro no es más que el premio de comprender un mensaje. Para facilitarnos la labor, el artista, puebla el lienzo de objetos, signos, construcciones, escenas... y nos ... presenta a unos personajes de dulcísima mirada que sirven de guía hacia la consecución del objetivo final: el significado; y por si todo ello aún no fuese suficiente, plasma en el cuadro un mensaje, el título de la obra, quizás la esencian de la misma o quizás simplemente un refrán irónico que nos haga reflexionar. Nada es aleatorio en las obras de López Herrera.

Contenido cargado de emoción y estética repleta de color.

Se trata ya de la séptima monográfica del artista en la galería, lo cual avala el enorme éxito que alcanza año tras año. En ella podrán verse cuadros de todos los formatos, desde sus simpáticas parejas de zancudos de 43x17 cm hasta grandes piezas de 130x195 cm.