Hace quince años Beatriz se aventura en el mundo de la escultura. Antes, había trabajado la pintura. Probablemente en sus reflexiones había experimentado ya con el volumen. Puede inferirse que al decidirse por la tercera dimensión ya estaba familiarizada con la línea, el color, los valores.
La obra seleccionada para esta exposición, está realizada en pequeño formato, lo que no quiere decir que no se haya proyectado en otras dimensiones. En el discurso de esta muestra encontraremos varias series ya establecidas y obras nuevas concebidas para esta exhibición. Once piezas en total, donde predominan la figuración y la maestría en la elaboración de las pátinas. Es necesario anotar que la representación del ser humano en la obra de Beatriz, tiene la característica de la brevedad, de la absoluta síntesis, de la estilización más expresiva, aquella que reduce una figura a sus elementales componentes para comunicar al máximo. Este conjunto de...piezas en relación con sus semejantes constituye una lección de brevedad.
Las cabezas de los dos opuestos surgiendo de un solo cuerpo, la inocencia de una pareja que identificamos por elementos externos que son distintivos del comportamiento de uno y otro sexo, anónimos contrincantes que, sin embargo, nos trasmiten un mensaje profundo de amor y entrega. También encontraremos piezas que nos producen diferencias paradójicas entre la rigidez de los tubos y la ductilidad que parecen cobrar para convertirse en nudos obstructores. Es esta una experiencia formal privilegiada, que convierte una coincidencia de tiempo y espacio entre Lo Nuevo y lo Viejo.
Colaboración: Francisco Llera Rodríguez
Conservación: Celia Prieto y Alejandro Alfonso.
Entrada actualizada el el 16 may de 2016
¿Te gustaría añadir o modificar algo de este perfil?
