Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- El anuncio de una nueva exposición de los hermanos gemelos Fernando y Vicente Roscubas es recibido con expectación por parte de sus incondicionales. En cada aparición, existe curiosidad por ver lo que estos artistas van a presentar, y ello porque sus propuestas siempre difieren sustancialmente de las anteriores. Y es que las suyas son, por lo general, muestras heterogéneas que se integran en un conjunto de varios proyectos independientes entre sí, pequeñas instalaciones cerradas, con muy variadas puestas en escena, pero con un hilo conductor común: la ironía, el sarcasmo, la paradoja, el asombro, que se presentan al espectador bajo una envoltura plástica alegre y divertida, pero que encierra en su interior una crítica social ácida, cuando no radical. En esa forma de posicionarse frente al arte, así como en la agrupación de piezas en series temáticas o en la singularidad de trabajar en equipo, los Roscubas mantienen una actitud actualizada de aquellos grupos de los Sesenta, Equipo Crónica particularmente, enfocada a la denuncia política y social de la coyuntura española de aquellos años, incorporando el uso de iconos procedentes de los medios de comunicación de masas, que también son habitualmente utilizados por los bilbaínos, aunque, ciertamente, el abanico de procedimientos y medios de expresión de estos últimos es más abierto que el de sus predecesores. El fino humor negro que impregna todos sus trabajos, se augura desde los títulos de cada exposición, que nunca son reveladores de su contenido. 'La sentencia -confiesan los artistas- ni siquiera anuncia lo que el público verá en la exposición. Es una obra más, una idea con gancho para atraer a los aficionados a conocer su trabajo'. Basten como botón de muestra los titulares de las anteriores exposiciones en esta galería: 'Beber coñac. Temas impenitentes', 'Voy a ser feliz', o la actual 'Lo mejor será que Ernesto siga como está'. Esta exposición presenta algunas peculiaridades, que no afectan tanto al mensaje de las obras como a sus elementos formales. Dejando al margen el lenguaje decididamente abstracto empleado en esta ocasión -al que los artistas no han sido del todo ajenos a lo largo de su vasta producciónresulta remarcable que el conjunto de piezas de la exposición tenga una homogeneidad desconocida hasta la fecha, pues, en efecto, todas las obras exhibidas, desde el gran mural de diez metros cuadrados hasta los cuadros de pequeño formato, pertenecen a una serie uniforme. No menos novedoso es el hecho de que la pintura haya sido íntegramente realizada mediante el empleo de procedimientos digitales, para ser posteriormente convertida en imágenes por medio de la impresión con tintas pigmentadas de altísima calidad. O que, finalmente, los soportes utilizados sean papeles plegados que, a juicio de los propios artistas, aportan mayor calidez a las frías imágenes gestadas en el ordenador. El resultado de este innovador ejercicio pictórico de rabiosa contemporaneidad se nos revela como una serie luminosa, elegante en su rico cromatismo y sumamente exquisita. No es discutible que la parte más valiosa de la obra, la verdaderamente creativa, es la pintura en sí, la creación de imágenes en la pantalla del ordenador, que más tarde serán procesadas para fijarlas sobre el papel. Es la parte artística de los cuadros, un ejercicio plástico concienzudo y laborioso, en el que pueden observarse sucesivas capas de color en veladuras superpuestas, junto a yuxtaposiciones de pigmentos, conviviendo con multitud de líneas de diferentes grosores y manchas de distintas densidades, esparciéndose por la superficie del soporte en armonioso equilibrio. En el caso de los Roscubas, la vena artística es casi inseparable de la vertiente artesanal, componente de gran importancia en todos sus trabajos, sean de dos o tres dimensiones. Los artistas bilbaínos han desdeñado desde siempre el recurso a los fríos procedimientos mecanizados e industriales, ya que 'la intervención manual del artista deja una huella de su alma en la obra', que debe considerarse como un valor añadido a la misma En el caso de las pinturas plegadas que nos ocupa, tras admirar la calidad artística de las imágenes, lo que verdaderamente intriga al espectador es el procedimiento, a primera vista indescifrable, por el que las imágenes han podido ser trasladadas a esa superficie plegada del papel, con la dificultad añadida de la perfección en su ejecución. La pregunta recurrente de los visitantes va dirigida a desentrañar cómo se logra esa impresión de imágenes sobre una superficie de papel plegado en una sucesión de estrechas lamas de cantos redondeados. El camino para llegar a la presente solución no ha sido un trayecto sencillo y es fruto de largos procesos de investigación que Vicente y Fernando Roscubas nos explican: 'A principios de los Ochenta, concluimos un proceso de trabajo que consistía en la ocultación de las imágenes por medio de un plegado en el soporte. En aquella ocasión pintamos unas imágenes publicitarias en un rollo de papel poliéster de 10 metros que, posteriormente, a modo de acordeón plegábamos; la nueva superficie obtenida medía 80 centímetros, la imagen quedaba totalmente oculta, escondida entre los pliegues y lo que se podía visualizar era una trama que asemejaba una superficie de texturas'. Es decir, la parte oculta era doce veces y media superior a lo visible, y el resultado pretendido y logrado era una textura azarosa que nada tenía que ver con la imagen original enmascarada entre los pliegues. Este proceso fue pronto abandonado. Hace unos cinco años, los artistas retomaron el procedimiento de los plegados, pero con objetivos diferentes: 'Lo primero que se nos pasó por la imaginación fue sacar a la luz la imagen oculta, desarrollando y actualizando aquellas ideas primitivas. Para ello recurrimos al pintado de la superficie del papel con acrílicas, pero una vez plegado, el resultado se reveló similar al anterior'. 'Para dar un paso definitivo, nos vimos obligados a dar un cambio radical y recurrir a la tecnología digital, teniendo que aprender las herramientas de creación de imágenes que el medio nos ofrecía. Gracias a la tecnología digital hemos podido lograr que la imagen aparezca en su integridad, de tal modo, que aparente continuada, y todo ello sobre un soporte plegado. Para llegar a dar con la solución fue necesario recurrir a algoritmos que proporcionaran el despiece de la imagen en sucesivas tiras de papel, en las que quedaran impresas las partes visibles (con color) y las ocultas (en blanco), con las tolerancias precisas para que el solapado de los papeles plegados encajase a la perfección, evitando de paso la aparición de líneas blancas en los intersticios de dos imágenes contiguas, lo que arruinaría el resultado'. En este nuevo proceso, el plotteado de la imagen imprime una sábana de papel en la que la parte oculta es cinco veces superior a la imagen mostrada, que coincide con la pintura digital representada en la pantalla del ordenador, logro no conseguido hasta la fecha. A partir de este momento 'damos paso al trabajo más manual, que consiste en acometer el largo y tedioso juego de cortado, el pegado sobre madera y el ensamblaje del conjunto'. En efecto, como puede visualizarse en las imágenes que ilustran este texto, el papel continuo aparece dividido en tiras, que una vez cortadas serán montadas sobre finísimas lamas de madera que ensambladas entre sí formarán la superficie del cuadro. Un trabajo paciente, que exige enorme precisión para que las líneas, manchas y demás elementos de la pintura ajusten a la perfección con la máxima fidelidad a la imagen original. Los gemelos Roscubas, una vez culminado exitosamente este primer proceso de investigación sobre las pinturas plegadas, están expectantes ante las enormes posibilidades que los medios digitales les pueden proporcionar: 'estamos en la mitad del camino', señalan, así que en el futuro hemos de esperar nuevos alumbramientos, fruto de su incontenible creatividad. Sin embargo, no debemos caer en la tentación de ver el plegado como un artificio divertido y esnobista, que en manos de los Rocubas podría cobrar aún una mayor cuota de provocación, como denuncia o concienciación sobre el apaleado procedimiento tradicional de la pintura. Lo que los artistas bilbaínos han buscado y conseguido con sus plegados no es otro que el enriquecimiento exultante de la imagen digital, como queda patente al comparar la pintura generada digitalmente en la pantalla del ordenador, con la impresión final sobre la superficie. Es la plástica la que interesa, la que triunfa, la que se manifiesta e inunda todos los espacios de la galería, a cuya sombra, el resto de recursos palidecen, por mucha curiosidad que despierten.
Pintura y escultura.
Premio. 27 ene de 2025 - 10 mar de 2025 / Vitoria-Gasteiz, Álava, España
Exposición. 26 feb de 2025 - 01 sep de 2025 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España