Descripción de la Exposición
La obra de Viktor Kostenko (Odessa, 1991) es de una singularidad extraordinaria. Nos desafía a presenciar la emergencia de una forma pura. Su desprendimiento de los elementos icónicos nos conecta con los procesos y los materiales. Presenciamos la conmoción telúrica de la imagen refiriéndose a sí misma, nos implica en un doble juego de silencio contemplativo y reto especulativo.
Una primera aproximación nos transporta al universo plástico del expresionismo abstracto, sugiriéndonos la interioridad trascendente de la imagen. La tensión del lienzo, su dermis, sostiene los tiempos, los gestos y disposiciones que han dado a luz a la imagen; contiene la fuerza germinal dispuesta a volver a revelarse.
En su particular mística, destaca poderosamente el hecho de que trate de un proceso intrínsecamente fotográfico. Es la luz atravesando la imagen lo que presenciamos. La vibración de lo luminoso trasmutando en substancia de observación. No hablamos por tanto de un hacedor acumulando materia ordenadamente para construir significados, sino de una liturgia porfiada de recogimiento en el oscuro interior del laboratorio, una sucesiva provisión de renuncias, una sensibilización de actores y materiales para exhortar la voluntad de la luz reconstituyendo vibración en materia, montaña, horizonte, presencia de sí misma.
Materia sensibilizada a lo luminoso, quietud y deseo de infinitud. Una fotografía sin cámara, que se retrae de la observación de lo exterior para poder así sintonizar con el fenómeno de consolidación de lo luminoso. La plata ennegrecida por acción de la luz, luz negra, polaridad magnética de lo imaginal, correspondencia e intercambio entre lo negativo y lo positivo, manifiesta resolución de los antagónicos.
El hallazgo de Kostenko se asienta en un prolongado y constante asedio a lo vivencial. Sus series de carretera anticipan la persistencia de la exploración. En ellas comienza a revelar su mirada como una extensión táctil, entrelazado de cuerpo y lejanía, presencia y ausencia de sí mismo. La imagen metaboliza el encuentro entre dos realidades que se miran, la materialidad de lo argéntico cataliza la fusión y precipita la integración de la experiencia en un todo imaginal. Ya interiorizado, un resplandor abre el paisaje en dos, establece una fisura por la que acceder a un magma incierto de imágenes por vislumbrar. Así nos son entregadas. Ascuas de una combustión, sedimento de una
encarnación, temblor por un encuentro.
Ramón Casanova
Doctor en Bellas Artes
UB y Institut d’Estudis Fotogràfics de Catalunya
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España