Línea y Montaña es una selección de la obra reciente, principalmente de la serie Arquitectura del paisaje. Una reflexión sobre la línea que divide lo natural de lo no natural. Pinturas de mediano y gran formato al óleo sobre lienzo, que representan principalmente Montañas con enigmáticas estructuras geométricas.
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DE LO SAGRADO A LO ERÓTICO. FRAGMENTOS DE UN PAISAJE.
Richard Somonte nos ofrece un recorrido por las coordenadas más emocionantes del paisaje, sobre todo en su aspecto más poderoso y atractivo: la montaña.
El paisaje en la pintura siempre ha buscado la perfección de la naturaleza. Una perfección afinada por los nuevos procedimientos matemáticos de los “primitivos” o por la explosión idealizada de un paisaje platónico y renacentista, “locus amoenus”, que ni siquiera necesitaba de localización o precisión geográfica.
La representación pictórica de la naturaleza a lo largo de la historia del arte ha sido un factor tan necesario como secundario. El paisaje era el...telón de fondo para representar la figura o los personajes. Un envoltorio de juegos cromáticos al servicio del tema principal. No siempre se recuerda el paisaje que acompaña a La Gioconda, ni siquiera se le ha ubicado con la precisión necesaria. El paisaje sustituyó, junto con la arquitectura, al fondo neutro de los dorados góticos o decoró con exceso los escenarios barrocos. Era un actor secundario, que fue tomando relevancia conforme avanzaba el siglo XIX; y que se hace esencial e independiente desde finales de ese siglo hasta nuestros días.
Richard Somonte no necesita salir al aire libre para pintar la naturaleza. Ese acto de modernidad fue superado tras los paseos de Constable por la campiña inglesa. La asignatura de “Paisaje del Natural” (plein air) quedó obsoleta, hace décadas, en los planes de estudios de las Academias de Bellas Artes. Además, es muy probable que se haya superado el estudio atmosférico de la luz, aunque, en algunos estudios sigue impresionando el color en su pureza científica, y el naturalismo.
Richard Somonte vuelve a pintar el paisaje a la antigua forma, en su estudio, rodeado de imágenes buscadas en Google. El artista, como buen cubano, retoma el concepto platónico de la naturaleza como lugar sagrado. La montaña como poesía religiosa que nos somete con su gran monumentalidad e, incluso, la montaña como símbolo sexual que alimenta nuestras ansias.
Cuadros, como “El monte Kailash”, nos devuelven a la idea primitiva de lo espiritual. El artista elige esa montaña por su valor religioso (budista e hinduista) y por su simbología erótica ancestral. El hogar de Buda y el paraíso hindú nos traen la mitología sexual: el “linga” (falo) y la “ioni” la vulva. Es un acto amoroso en plena naturaleza, que invade todo el universo creativo del pintor.
Richard Somonte también se recrea en "La Sierra Maestra” cubana, pintando un tríptico a la manera más tradicional de un paisaje naturalista. Un falso naturalismo que nos evoca a los jardines y paisajes renacentistas, ideales e irreales; transportándonos a un mejor conocimiento de los dioses a través de la naturaleza, y con una fuerza pictórica tan solo comparable a los paisajes románticos centroeuropeos.
Videos de la Exposición
Entrevista a Richard Somonte
Imágenes de la Exposición
Arquitectura Trascendental
Entrada actualizada el el 02 mar de 2021
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