Descripción de la Exposición
La Fundación Laxeiro presenta este proyecto que, mediante una selección de obras sobre papel, pretende profundizar en los recursos expresivos que un dibujante excepcional como Laxeiro, utilizaba para desarrollar su universo estético, narrativo y artístico.
Esta exposición propone un acercamiento al dibujo de Laxeiro a partir de la coexistencia de la línea limpia y el garabato, dos recursos que conforman los dos extremos expresivos a partir de los que nuestro pintor construyó uno de los más sólidos discursos estéticos del arte gallega del siglo XX.
EL PROYECTO
Laxeiro decía que el dibujo era a la pintura lo que el pentagrama era a la música. Esta afirmación da buena cuenta de la relevancia que le concedía como recurso organizador de la composición en sus obras, una relevancia que se hace evidente en su producción, por dos razones principales:
En primer lugar, el carácter narrativo que define la mayoría de su producción figurativa necesita del dibujo para crear y definir el espacio pictórico y, sobre todo, los personajes que, a lo largo de la trayectoria del artista, fueron construyendo ese mundo instalado entre la irracionalidad y el pensamiento mágico de nuestra cultura popular.
En segundo lugar, en toda su producción, incluida su pintura de carácter expresionista e incluso abstracta, muchas veces realizada solo con mancha, existe un acusado sentido de la composición que, indudablemente, tiene su origen en un profundo conocimiento del dibujo.
Nuestro artista se convirtió en un dibujante compulsivo en su juventud cuando, retornado de La Habana, con diecisiete años, se hizo barbero ambulante y luego, oficial de barbero en su Lalín natal. Como sabemos, este joven que sería conocido como el barbero pintor, practicaba con el dibujo de forma continuada, plasmando todo lo que se presentaba ante su mirada. Laxeiro adquirió así el hábito de dibujar muy rápido e ir aprendiendo por el método de ensayo – error, con la ilusión de superar las pruebas de ingreso en la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando, algo que conseguiría apenas unos años más tarde.
A partir de aquellos primeros años de aprendizaje, Laxeiro conservaría esa forma compulsiva de dibujar en cualquier circunstancia e, incluso en la última etapa de su vida, no son pocos los que lo recuerdan haciendo dibujos de forma espontánea, con su inseparable estilográfica Mont Blanc.
LA EXPOSICIÓN
El artista británico David Hockney decía: cuando dibujo, ya estoy pintando, una afirmación que podríamos también aplicar a Laxeiro y añadir también otra afirmación complementaria: cuando pinto, ya estoy dibujando.
El binomio dibujo/pintura funciona en Laxeiro como partes indivisibles del proceso creativo, cada una de ellas con sus propias posibilidades expresivas que nuestro artista siempre pone al servicio del resultado que pretende en cada obra.
Esta exposición se centra en dos extremos expresivos del dibujo, como son el trazo limpio, con el que el autor construye imágenes sin volumen, con los entornos perfectamente definidos; y el garabato, con el que Laxeiro construye imágenes con volumen, mediante la diferencia de densidad de las líneas, que dan una ilusión de luces y sombras.
Entre estas dos formas de acometer el dibujo, existe todo un repertorio de recursos, utilizados también por Laxeiro, pero que no forman parte sustancial de la antología de obras que conforman esta exposición.
El recurso de la línea limpia recoge esa tradición de las vanguardias, muy arraigada en los primeros años del siglo XX, de clara herencia modernista e influida por el arte oriental, que venía a renovar la manera de plasmar la realidad mediante la esquematización. Un lenguaje muy adaptable a los medios reproducción mecánica que pronto sería muy utilizada en las viñetas de prensa y que cultivaron artistas como Jean Cocteau, Picasso o Picabia y, en Galicia, Castelao, Fernández Mazas, Seoane o Maside.
El recurso del garabato nos remite directamente al dibujo automático de los surrealistas y también a la aportación del expresionismo, en ambos casos, con claras reminiscencias a la pulsión subconsciente del artista y que, además de sus iniciadores como André Breton o André Masson, podemos identificar su influencia en la pintura de forma muy evidente, por ejemplo, en la obra de Jackson Pollock.
La ruptura con la idea de estilo único, adoptada por Laxeiro a partir de su llegada a Buenos Aires en 1951, se puede apreciar también en su faceta debujística. Laxeiro, creador ecléctico por definición, no dudaba en cambiar de registro para cada obra que acometía, una característica de su forma de trabajar que nos da una idea, por una parte, de la seguridad que tenía en sí mismo y, por otra, de una mentalidad libre que no sentía ningún deber de mantenerse fiel a un estilo concreto y, sin embargo, era capaz de imprimir su personalidad en cada pintura o dibujo que hacía.
La exposición, formada por obras de coleccionistas particulares, algunas de ellas inéditas hasta la fecha, y todas dispuestas en vitrinas sin marcos, se completa con tres obras de la Colección permanente, colgadas en pared, la espectacular A vida, una tinta sobre papel de 1968, de casi cuatro metros de ancho, y dos pequeños dibujos de finales de los años setenta.
Con este proyecto, la Fundación Laxeiro vuelve a mostrar una pequeña parte del trabajo de investigación, localización y catalogación de obra, al tiempo que ofrece al público nuevas claves para seguir conociendo el legado de Laxeiro, en este caso, poniendo el foco en dos formas muy diferentes de utilizar la línea como elemento constructivo.
Exposición. 17 dic de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Picasso Málaga / Málaga, España
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España