En esta muestra, las mujeres retratadas se rebelan contra el lugar común que propone que lo femenino es sinónimo de vulnerable, y posan con fuerza, asumiendo incluso un aspecto desafiante.

Mis imágenes muestran una nueva Mujer emancipada y segura de sí misma, y con los autorretratos libero ante el espectador mi interior más profundo y descarnado detrás de un cristal translúcido.

Una preocupación recurrente en mi producción es la representación de una nueva mujer que históricamente ha estado sometida y monopolizada por el hombre. En mi personal lucha, deconstruyo la imagen femenina tradicional rompiendo con los clichés emocionales y estéticos, al tiempo que desarrollo una nueva y personal iconografía de lo femenino. En mi mundo conviven el ensueño, la destrucción, la ternura, el amor y la poesía, pero también el dolor, el silencio ... y la soledad.

La actitud y el gesto o la historia oculta tras el personaje son la pauta compositiva principal de mi obra, materializada en esta muestra y conformada por una selección de retratos de mujeres que sintetizan, a mi juicio, a la mujer moderna actual que reivindica su lugar en el siglo XXI. Y para ello utilizo como medio el conflicto, la provocación y el erotismo: para exhibir su fuerza, su belleza e inteligencia pero también su fragilidad y la debilidad manifiesta de sus temores.

Se reúnen en esta exposición planteamientos fotográficos diversos, que van desde el retrato, al pictoralismo, la fotografía 'intervenida' o la fotografía narrativa que, en algunos casos contiene una cargada sensibilidad escenográfica y dramática. El espacio que fotografío es siempre un espacio vedado, un recinto íntimo.

Esta muestra en su conjunto, es un inmenso desnudo.