Descripción de la Exposición
Milan Kundera en “La insoportable levedad del ser” plantea un interrogante vital, elegir entre el peso y la levedad, algo que Parménides ya había contestado con contundencia: la levedad es positiva, el peso es negativo, mientras que para Beethoven fue al revés... levedad y dualidad.
La primera acepción para la R.A.E. del término levedad, como cualidad de leve, es “ligero, de poco peso”; la segunda, “fino, sutil”. Y todos estos adjetivos están presentes en las obras a modo de hilo conductor de esta exposición. Ligereza y sutileza de papeles, paneles y lienzos, frente a la contundencia y peso de marcos que, lejos de asfixiar las pinturas, potencian su ingravidez y delicadeza. Marcos que ayudan a “encuadrar” la obra, afinando la visión y perspectiva que tenemos de ella. Piezas plásticas que narraron diferentes historias antaño, ahora se yerguen elegantes, delicadas, cercanas a proporciones áureas.
Levedad bifaz a través de dos artistas con formas de expresión aparentemente dispares, antitéticas, pero que conforman una dualidad complementaria, no reiterativa y que tienen su punto de encuentro en esta exhibición conjunta. Un ritmo elegante y armónico marca el iter de esta muestra que confirma la riqueza de la simbiosis, su inmenso caudal creativo.
Javier Infantes es un esteponero, afincado en Nueva York, que trabaja con la galería desde hace años. Investiga y crea en el ámbito de la abstracción, basculando entre el expresionismo abstracto y cierto informalismo. Su línea de investigación y estudio es la arqueología de la memoria. Sus exploraciones le llevan a excavar los estratos y sedimentos del recuerdo con todo un abanico de técnicas para intentar no sólo describir, sino conceptualizar, amalgamando esos recuerdos en resina para que permanezcan intactos. En ese medio viscoso y transparente, los elementos se ponen al servicio de la idea, y así tintes, pigmentos, pintura metálica, pintura en espray, brillantina en varios colores, materializan esa remembranza.
La otra cara de la dualidad es Annabel Overbury, artista británica afincada en Estepona. Sus obras navegan por la figuración más poética en paisajes íntimos, personalizados y naturalezas muertas a base de delicadas flores ya cortadas. Acuarelas y acrílicos en los que se suman una formación artística muy británica, con la posterior fascinación por la luz mediterránea. En sus pinturas el término sutil adquiere todo su sentido, pues la naturaleza que ella describe está cargada de lirismo, conformando un ecologismo pictórico de soberbia frescura. Pinturas plenairistas gestadas in situ, al aire libre, para ser aprehendidas posteriormente en su estudio, en un proceso de conceptualización y sincretismo que termina en livianas y certeras pinceladas sobre el papel o el lienzo.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España