Christian Boltanski es uno de los artistas contemporáneos franceses de su generación con mayor proyección internacional. Para el recién inaugurado espacio de la Galería Kewenig en Palma de Mallorca, un Oratorio del siglo XIII, Boltanski ha creado una instalación específica basada en su obra más representativa, mientras que, en el espacio anexo, se muestran obras recientes del 2008.

Christian Boltanski nació en París en 1944. El tono espiritual de su obra tiene su origen en la influencia familiar siendo su madre francesa y su padre judío ucranio. La muerte está presente en su obra y la huella del holocausto fija en su memoria íntima. Por ello no es casual que su obra esté cargada de recuerdos profundos y de heridas hondas reflejadas a través de las luces y sombras de la memoria. No obstante su obra, que uno no puede ... desligar del trabajo estético de Beuys, no es un tributo a la muerte sino todo lo contrario, una constante sed por la vida. Su obra se ha consolidado a lo largo de los años sin la necesidad de contar con las nuevas tecnologías o la violencia para captar la atención. Recurre a materiales frágiles en el tiempo como fotografías encontradas, ropa abandonada, velas, bombillas, viejas latas de galletas, recortes de periódicos, objetos tirados, todos ellos parte de la vida de personas que ya han fallecido y que se convierten en testimonios involuntarios de nuestro breve paso por la vida.

Con su instalación, en el extraordinario marco del Oratorio, las figuras recortadas en hojalata iluminadas por velas y las ropas usadas y tendidas en el suelo frente al altar, vuelven a convertir un lugar sagrado en un espacio para la invocación ritual de la memoria, en un símbolo de reconciliación de la vida y la muerte.

En su obra reciente recurre a la utilización de elementos autobiográficos -un autorretrato compuesto por fragmentos procedentes de tiempos diferentes- que se convierten en un juego con el paso del tiempo. Otra obra reciente está compuesta por fotografías de álbumes de familias alemanas. Son sobrepintadas hasta tal punto que solamente dejan visibles pequeños detalles como partes de uniformes. A través de estos se intuyen imágenes de la Segunda Guerra Mundial ocultas en el fondo de estas fotografías familiares.