La exposición que Eulalia Rovira y Adrian Schindler presentan a Homesession relaciona dos tipos de ornamentación aparentemente inconexas: una se manifiesta en la arquitectura organicista y el otro en los tatuajes de inspiración tribal. Cristalizando tanto miedos como fascinación, estas formas nos llevan hasta las curvas tumultuosas del mar agitadas por el pasado colonial y los desastres medioambientales. Partiendo de dos edificios icónicos del Paseo de Gracia, La pedrera y el edificio de Toyo Ito (Suites Avenue), el trabajo reconsidera el ornamento como un posible lugar desde donde encarar las relaciones conflictuales que entretenemos con el entorno y con la diferencia.
La tinta recubre la piel. La sombra de la barandilla se ondula sobre los cuerpos inertes. Formas oceánicas, espectros de lo desconocido. Peces, tortugas y algas distorsionadas por la luz de los faros. El aire denso seca la cáscara de los frutos. Una ola se retira y deja una marca...de agua de sal. Golpes y fuego. La resistencia de la línea en el arqueo. Miedo del pasado, miedo al otro, miedo de vivir bajo un techo recto. La curva es indisociable de la materia vivida. Contradiciendo los anhelos del racionalismo, el ornamento retorna con fuerza, ya sea sobre nuestra piel o la de los edificios.
Entrada actualizada el el 28 ago de 2019
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