En la línea de la expresión plástica abierta por Legazpi en el año 2011 cuando dejaba atrás la serie de Pasmados e iniciaba los primeros ensayos de Iconogramas, la muestra que hoy nos ofrece en la galería Cornión sigue adentrándose en el tema sobre el que ha girado su producción desde los inicios de su andadura artística en los años sesenta del pasado siglo. Ya entonces comenzaba una experiencia artística singular dentro del panorama artístico asturiano, caracterizada por una voluntad discursiva y fundamentada en la permanente reflexión en torno a la condición, circunstancia y contingencia humanas. Reflexión que se ha traducido en su obra con connotaciones diferenciadas según el momento: motivadas por la represión política y cultural de la dictadura franquista inicialmente, por la identificación con su entorno geocultural y vital después y por la preocupación por entender al hombre en las diferentes situaciones a las que le enfrenta la...vida, siempre.
Esa reflexión ha generado en los últimos años la serie antes citada de Iconogramas presentada en esta misma galería en 2013 y la de Bily Conejo que se expuso en 2016 en el edificio Histórico de la Universidad de Oviedo. Si en la primera se atisbaba una personal aproximación a la contingencia con un lenguaje de intencionada solución expresionista, en la de Billy Conejo se decantaba por la más pura objetividad al representar a los personajes marginales que componían la serie, estableciendo las bases en las que se sustentan las obras ahora presentadas.
La fuerte carga semántica del trabajo actual del artista queda bien reflejada en su título, Perra vida (2016-2017), que a diferencia de Billy Conejo no trata tanto representar las circunstancias personales que conducen a la exclusión social, como de interpretar la vida como condición, sin incidir en las causas que conducen a esa condición. No obstante, esas causas no dejan de resultar evidentes en la traducción plástica de la idea, tal como se aprecia en la representación del violinista que da el nombre a la serie con su inscripción "perra vida".
Ese cuadro, titulado Perra vida. Opus 1 en si bemol mayor, sintetiza perfectamente el discurso que subyace en el conjunto de obras de la exposición, en las que Legazpi trata de reflejar con una voluntad cronística cómo la condición humana se vuelve inmisericorde tanto en el aspecto físico como en el moral y permite la caída del individuo en estados de postración en los que vivir se convierte en algo execrable, miserable y desprovisto de todo rastro de dignidad. Y recurre para ello a unas soluciones técnicas y formales que rehúyen los remedios fáciles y rápidos y desvelan una vez más algunos de los rasgos que le caracteriza como artista: la indefinición disciplinaria, el recurso a la técnica con afán indagatorio para ahondar en la relación existente entre la técnica, entendida como elemento necesario para el desarrollo de la idea o como elemento expresivo primario, la forma, que él entiende como elemento significante, y el discurso, condicionante y consecuencia a la vez en su resultado final de la correcta adecuación de los procesos técnicos y de formalización.
Imágenes de la Exposición
Sin título
Entrada actualizada el el 21 feb de 2017
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