Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- Lazkano. De la arquitectura a la naturaleza va acompañada de un catálogo ilustrado, con texto principal a cargo del historiador y crítico de arte británico Edward Lucie-Smith y con comentarios del propio pintor a cada una de las obras. El montaje se articula en ámbitos diferenciados en los que queda de manifiesto el interés de Lazkano por la arquitectura y la naturaleza: desde las representaciones de los vestigios de la Roma imperial y el sky-line de Nueva York y las edificaciones de Mies van der Rohe o Frank Lloyd Wright hasta las composiciones dominadas por distantes paisajes imaginarios en los que la naturaleza adquiere mayor protagonismo. Jesus Mari Lazkano estudió en la Facultad de Bellas Artes de Bilbao, de la que es profesor del departamento de pintura desde 1985. Junto a esta actividad académica, a principios de la década de los años ochenta comenzó a desarrollar su carrera artística, centrada siempre en una pintura plenamente arraigada en la tradición realista. Con cuidada técnica, resuelve sus pinturas de forma minuciosa hasta conseguir una realidad casi fotográfica. Estas representaciones de base hiperrealista evocan la tradición del romanticismo, sobre todo el influjo del pintor alemán Caspar David Friederich, y un cierto espíritu surrealista, al tiempo que muestran la permanente sensibilidad del pintor hacia los valores plásticos de la arquitectura y su historia y del paisaje. Con ellos Lazkano propone al espectador un sutil juego conceptual entre la realidad y su representación. Esta fascinación pendular de Lazkano por lo arquitectónico y lo natural provocó en 2008 su interés por el Museo de Bellas Artes de Bilbao, articulado en dos edificios, uno de raigambre neoclásica y otro que recoge la herencia de Mies van der Rohe, ambos enclavados en un entorno natural. De nuevo arquitectura y naturaleza para actuar, en esta ocasión, como punto de arranque de esta exposición. De la arquitectura a la naturaleza La figuración de Lazkano tuvo una primera etapa en clave pop en la que trabajó con texturas reales en piezas tridimensionales. Ya en estos inicios sus composiciones planteaban vínculos ficticios entre espacios reales y espacios representados, sobre un interés temático de tipo objetual (portales, ventanas, muros...). A partir de 1984 evolucionó hacia un realismo particular centrado en la creación de paisajes imaginarios mediante la yuxtaposición de elementos reales de distinta procedencia, en un juego conceptual que proporciona distanciamiento y complejidad a la obra. Junto a ello, un espíritu onírico derivado del romanticismo visionario comienza a matizar el hiperrealismo esencial de su pintura. Temáticamente, en ese momento Lazkano muestra un gusto por lo pintoresco, lo siniestro, la fantasía visionaria y la solemnidad de las ruinas de la arqueología industrial. Se configura así una estética postromántica de ambientaciones tétricas bañadas por una luz crepuscular que envuelve paisajes desolados, acantilados, montañas nevadas y minas a cielo abierto, en donde se sitúan arquitecturas y ruinas industriales de Bilbao y su entorno: edificios, escaleras, terrazas, depósitos, rampas, canteras, ascensores, arquitecturas de hierro y hormigón, estructuras metálicas oxidadas a punto de desaparecer. En 1988 la estancia de Lazkano en Nueva York añade nuevos intereses temáticos a su trayectoria: la ingeniería de los puentes, las líneas de metro, las estructuras portuarias y las centrales térmicas. Estas obras a menudo incorporan a la imagen principal enmarcados metálicos con pequeñas imágenes y textos. En la década de los noventa, la Viena de la Secesión, el París de Eiffel, el desarrollo del ferrocarril en Inglaterra y la tipología constructiva del invernadero, retratada en los de Londres, Chicago o Lisboa, entre otros, se incorporan al repertorio iconográfico de Lazkano. A mediados de la década realiza un viaje por Italia interesado en el estudio de los jardines renacentistas y barrocos. Culmina con una estancia en Roma en 1998, que añade a su trayectoria el reflejo de la arquitectura imperial. Desde entonces Roma y Nueva York, aquí presentes con Ombra della memoria a New York y Ombra della memoria a Roma, ambas de 2004, se configuran como ejes esenciales de su trayectoria artística. Paralelamente, junto a su pintura desarrolla también una intensa labor como muralista en espacios públicos: un mural de 600 metros cuadrados para el cierre de las obras del metro de Bilbao, el techo de la biblioteca de la sede central de la entonces Fundación Argentaria, hoy BBVA, en el palacio del Marqués de Salamanca en Madrid, obras de gran formato para el Parlamento Vasco en Vitoria, el Palacio Euskalduna de Bilbao y el Bilbao Exhibition Center, un depósito de aguas próximo a Gernika, el Aula Magna de la Universidad del País Vasco en Leioa (Bizkaia) o, más recientemente, una pieza panorámica para el stand de Bilbao en la Exposición Universal de Shanghai. Más recientemente, los iconos contemporáneos de la arquitectura racionalista y del diseño, puestos en relación con una naturaleza de espíritu panteísta que Lazkano toma prestada de diversos lugares, rebajan la intensidad emocional de su pintura. De este modo y partiendo de las vistas panorámicas de dos ciudades paradigmáticas como lo son Roma y Nueva York Lazkano aborda la representación de elementos edificados y casas emblemáticas proyectadas por los célebres arquitectos Mies van der Rohe -la Villa Tugendhat (1930) o la Casa Farnsworth (1951), entre otros- y la Casa de la Cascada (1939) de Frank Lloyd Wright. Son arquitecturas no habitadas, espacios de contemplación que inevitablemente desembocan en el espacio visual por excelencia: el museo y, en este caso, el edificio moderno del Museo de Bellas Artes de Bilbao, levantado, precisamente, por dos discípulos de Mies van der Rohe -Álvaro Líbano y Ricardo Beascoa- a comienzos de la década de 1970. Los interiores, que reproducen las líneas de la arquitectura racionalista mediante un dibujo minucioso y un estricto control de la luz y el color, encajados en las reglas de una perspectiva lineal de gran pureza espacial, adquieren protagonismo. Escenarios estáticos que Lazkano anima con la presencia de reconocibles objetos de diseño -como el jarrón del finlandés Alvar Aalto o la silla Barcelona de Mies van der Rohe- o de alusiones a pinturas -Piero de la Francesca, Rothko- y esculturas -Giacometti, Oteiza, Chillida,- de artistas admirados por él. Los títulos de estas obras -Piero no me lo perdonaría, Brueghel versus Mies, Oteiza natural...- hacen explícito el respeto de Lazkano por sus colegas. La arquitectura se apodera de sus intereses y las construcciones emblemáticas de Mies van der Rohe se convierten en escenarios narrativos de encuentros ficticios con pinturas de Piero della Francesca, esculturas de Giacometti, cuadros de Rothko y objetos de diseño de Alvar Aalto. Según el propio pintor reconoce, su obra siempre se ha movido entre dos elementos aparentemente contradictorios: entre el predominio de lo arquitectónico bien sea en la representación de ciudades o de sus ruinas clásicas o industriales o bien en la de construcciones icónicas (templos, casas, invernaderos...), o el predominio de la naturaleza.
La exposición plantea una revisión de la trayectoria reciente de Lazkano a través de 82 pinturas. De ellas, 54 son obras de mediano y gran formato: 34 creadas entre 1999 y 2006 y otras 20 de nueva creación fechadas en 2009 que tienen el Museo de Bellas Artes de Bilbao y sus espacios como tema principal. Junto a las pinturas se presentan 28 apuntes y bocetos de pequeño formato fechados en 2008.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España