Descripción de la Exposición
Pintar o dibujar con un plan o con una idea preconcebida era algo que no había hecho hasta ahora. El placer de encontrarse con la superficie vacía y no saber que es lo que allí va a suceder es grande. ¿Pero qué pasa si aplicamos un formato, si trazamos claros lineamientos sobre los cuales se van a encastrar los dibujos, qué ocurre si aplicamos un esfuerzo, si torcemos la báscula hacia un lado?
Me decidí entonces a pintar con una idea preconcebida, a crear estructuras en tercera dimensión (en programas de tres d) que soportaran los dibujos y la pintura. Ese fue el plan.
Construí como los andamios de un edificio, como vigas y columnas sin su mampostería, las tomé con un gran lente angular y las transporté a las telas. La sensación de vértigo fue inmediata.
Lo primero que vi en las pinturas fueron jaulas con sujetos en ellas o corriendo a través de ellas, con el estrés de la gente encerrada huyendo dentro de una gigantesca jaula. Una jaula que nunca deja de ser una jaula. Los sujetos implantados en las matrices se escapaban perpetuamente, no consiguen descanso.
Lo segundo que me sucedió por contraposición, fue recordar la reproducción de una acuarela de Raúl Dufy que estaba en la casa de mi madre, una feliz pajarera, llena de color y serenidad en sus aves. Un lugar de alegría y de plena felicidad como seguramente era esa casa durante mi infancia. La felicidad en la ingenuidad del encierro. Dejé de usar las estructuras en la cuarta o quinta obra y volví a pintar libremente. Pero de alguna manera ya había encorsetado la superficie y un sistema geométrico estaba instalado.
Muchos de mis amigos que conocían la obra anterior encontraron esta nueva etapa claustrofóbica. Estuve de acuerdo con ellos pero con los cambios que habían ocurrido ya no podía volver atrás; la salida estaba en otra parte. Había abandonado un lugar de reposo y meditación para meterme en un problema.
Un evento curioso que había comenzado en el 2003, venía transcurriendo en esa época. Se había desatado la gripe aviar y se veía en los noticieros a científicos -o al menos sujetos vestidos con túnicas blancas-, explicando que el virus podía mutar y prácticamente exterminar gran parte de la raza humana. Veía como miles de aves eran sacrificadas preventivamente, al tiempo que una droga mágica llegaba para salvarnos de un virus que aún no existía. El laboratorio facturó millones de dólares mientras las aves eran depositadas en bolsas negras. Una increíble puesta en escena que influyó en muchas de las pinturas de mi serie y de sus títulos.
¿Qué sentido tiene modificar algo que está bien para luego transformarlo en algo que ya no parece tan bien, sabiendo que ya no se podrá volver a donde uno estaba antes? ¿Qué sentido tiene, si no es por presunción de superioridad evolutiva y bajo la idea de que podemos mejorarlo todo, creer que las cosas son perfectibles, en situaciones en que claramente se ve que vamos a arruinarlo todo? Es como querer desarmar la caja donde estamos para darnos cuenta de que hay otra caja mayor que nos contiene, y así sucesivamente.
Titulé esta serie “Las pajareras de Dufy” como recordatorio de aquella acuarela y de los buenos e inocentes tiempos en que aves y humanos compartíamos tiempos más felices.
Daniel Escardó, 2005
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España