Concebida en primera persona, la exposición es compuesta por tres capítulos que exploran los eventos esclavistas sucedidos desde 1519 hasta el siglo XVII en la región Huasteca de México. Cuerpo, paisaje y el intruso son los tres momentos que entrelazan el espacio de exhibición para dar cuenta en una narrativa no lineal del trafico desmedidos de personas en los primeros años de la invasión europea. Tanto la salida de indígenas Huastecos como la entrada de africanos provenientes de Cabo verde, Angola, Congo y Mozambique son desentramadas como una historia guardada en el mar del Golfo de México, los archivos coloniales y las continuidad de relaciones coloniales en la vida cotidiana.
Cuerpo es una serie de pinturas compuestas por intervenciones en pieles curtidas que hacen alusión al intercambio de seres humanos por animales de carga y ganado vacuno en el mar caribe. Paisaje recupera por medio de fotografías análogas los vestigios...de los primeros años de presencia europea en la orilla del mar de Veracruz, desde la Antigua hasta el cementerio indígena de Quiahuxtlan haciendo hincapié en eventos particulares que son debelados mediante recorridos del espacio. El intruso es una reproducción de los “fierros” para herrar esclavos usados por los primeros tratantes en la Huasteca a manera de una provocación escultórica.
El interés del artista Noe Martinez en la historia colonial del Golfo de México tiene su origen en la indagación realizada en los últimos años de los remates del antiguo mundo indígena en la historia familiar, este proceso se ha profundizado a luz de las epistemologías del sur que el artista ha incorporado a su producción desde una dimensión personal y critica de las historias oficiales.
Entrada actualizada el el 20 feb de 2019
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