Cuando la confusión arrecia a causa de la algarabía informativa a la que estamos sometidos sin tregua, consideramos necesario el ejercicio espiritual, mental y emocional que propicia la contemplación de la pintura silente.

Desde su primera exposición en Edurne “Pintura vertical” (2001), Enrique Veganzones tiene claros sus objetivos, expresar a través de la pintura y la geometría sus sentimientos más íntimos. En 2004, en “La Pausa” siguió su camino riguroso utilizando el color brillante junto al blanco puro.

Hoy bajo el título de “Las cosas mudas” podemos apreciar en su pintura un crecimiento interior. El color suave y luminoso, la geometría perfilada por lápiz o grafito, la composición estructurada sin rigidez en las formas saltarinas por la gracia de la mano sabia.

“Las cosas mudas” son elocuentes, hablan pero de ... otro modo. Esta forma de expresión tan concentrada exige mirada atenta, obtener una visión más amplia de cuanto nos rodea y establecer nuevas relaciones en el tiempo y en el espacio.

Llama la atención la numeración como título, de los cuadros, 1491, parece seguir los preliminares del descubrimiento del Nuevo Mundo,… 1940, uniformidad de posguerra española,… aquí la imaginación es libre para conexiones personales. Esta referencia es un secreto de autor, pero es divertida por sugerente y creativa.

¡Que importante debe de ser la pintura para que cada cierto tiempo haya empeño en darla por muerta¡

En su constante renacer de las cenizas aparentes, surgen nuevos artistas sensibles y sabios capaces de utilizar esta herramienta para dar nuevo sentido y esplendor a las palabras mudas.