Descripción de la Exposición Organizada por el Musée d'Art moderne de la Ville de Paris, Paris-Musées y el Museo Guggenheim Bilbao, L'Art en guerre. France, 1938-1947: de Picasso a Dubuffet muestra cómo, frente al amenazador contexto de opresión vivido en Francia durante la II Guerra Mundial y la Ocupación nazi, los artistas de la época se rebelaron frente a las consignas oficiales mediante novedosas respuestas estéticas que modificaron el contenido del arte. Más de 500 obras de un centenar de artistas se reúnen en esta exposición única, que cuenta con el destacado patrocinio de la Fundación BBVA, y que evidencia la forma en la que estos creadores resistieron y reaccionaron, 'haciendo la guerra a la guerra' con formas y materiales casuales impuestos por la penuria, incluso en los lugares más hostiles a toda expresión de libertad. Trabajos de grandes artistas como Georges Braque, Jean Dubuffet, Marcel Duchamp, Alberto Giacometti, Vasily Kandinsky, Pablo Picasso o Joseph Steib se exponen junto a otros de autores desconocidos para el gran público en un recorrido temático y cronológico por doce secciones que se despliegan a lo largo de la segunda planta del Museo. Una muestra que servirá, como afirman Jacqueline Munck y Laurence Bertrand Dorléac, comisarias de la exposición, para desvelar 'todo lo que quedó en la intimidad de las viviendas y de los talleres, de los refugios, de los campos de internamiento y de concentración, de las cárceles y de los hospitales psiquiátricos, a la sombra de la historia'. El recorrido se inicia con la sección dedicada a la Historia que impregna las producciones artísticas en Francia tras la derrota contra Alemania. A partir de ese momento, se instala la doble dictadura de los nazis y del gobierno de Vichy, con el trasfondo de la propaganda intensiva y de la persecución de judíos, extranjeros, comunistas y francmasones. Mientras en el Museo Nacional de Arte Moderno, inaugurado en agosto de 1942 en plena Ocupación, se muestra El gusto oficial, pocos son los ejemplos de obras de movimientos cruciales como el Fauvismo, el Cubismo, el Dadaísmo, el Expresionismo, el Surrealismo y de las distintas corrientes de la abstracción, careciendo así mismo de presencia de artistas extranjeros de referencia, como Constantin Brancusi, Max Ernst, Vasily Kandinsky, Paul Klee o Joan Miró. Entre tanto, la vida artística parisina, expurgada de 'indeseables', resulta oscura y lúgubre como habían vaticinado Los surrealistas, especialmente en la Exposición Internacional del Surrealismo, que tuvo lugar en enero de 1938 y que, con su atmósfera inquietante, fue premonitoria de los horrores de la guerra. Algunos de los participantes en la muestra serían detenidos, mientras que otros intentaron exiliarse, algunos de ellos sin éxito. La producción realizada en los campos de internamiento -200 en Francia-, donde prosiguió la creación de obras de supervivencia con materiales improvisados, al igual que en los refugios más insospechados, tiene un espacio particular en la exposición (En los campos I); también lo tiene La clandestinidad, a la que se ven abocados quienes pasaban con frecuencia de un lugar a otro para eludir el arresto. En una atmósfera hostil para una vida cultural libre, incluso Los maestros de referencia, como Henri Matisse o Pierre Bonnard, se protegen en sus talleres, al abrigo del ruido de las botas militares, y es en su ausencia cuando los jóvenes pintores recurren a sus lecciones de modernidad reivindicando su tradición francesa, creyendo que así escaparían al terror nazi. Sin embargo, es el pintor español Pablo Picasso, a quien la muestra dedica una sección completa (Picasso en su taller), quien, recluido en su estudio, aprovechará para multiplicar sus obras maestras encarnando la resistencia. Por otra parte, pocas galerías resisten en el medio artístico parisino trastornado por la Ocupación, y entre ellas destaca la Galería Jeanne Bucher. Esta galerista dio muestras de un verdadero valor y de auténtica fidelidad, prestando ayuda a los artistas en peligro y exhibiendo sus obras, que eran consideradas como 'degeneradas'. Con el tiempo y al proliferar las acciones de resistencia, las condiciones de la Ocupación y del régimen de Vichy se endurecen cada vez más, especialmente en los campos franceses de internamiento (En los campos II), donde encontramos a quienes crean obras libres con los medios de que disponen. Algunos de estos trabajos que pueden contemplarse en la exposición serán los últimos vestigios de creación antes del exterminio de sus autores en los campos de exterminio. Así sucedió en los casos de Otto Freundlich, Myriam Lévy, Félix Nussbaum, Horst Rosenthal o Charlotte Salomon, cuyas obras son huellas irremplazables del horror. Al período de La Liberación, momento en que fueron descubiertas muchas de las atrocidades cometidas, la muestra dedica dos espacios continuos en los que contemplar todo lo que había sido excluido, obligado a ser ocultado. El resurgir resulta impactante ante el descubrimiento del horror. La sección Distensiones muestra la manera en que algunos artistas se liberan de los años de encierro y sus obras, sobrecargadas de materia y abundancia de formas geométricas, traducen lo impensado de la historia conjugado con la liberación parcial de Francia de sus dictaduras. La muestra finaliza con un capítulo dedicado a Los Anartistas, que serán quienes mejor pueden hablar directamente de otro mundo y hacer estallar los decorosos marcos de la reconstrucción en una revuelta permanente, desde los talleres de los hospitales psiquiátricos en los que realizan sus obras, pasando por todos los lugares del arte liberados del yugo de una larga 'pesadilla siniestra y gélida'.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España