Descripción de la Exposición Santi Jiménez (Santiago de Compostela, 1979) se licencia en Bellas Artes por la Universidad de Vigo, en la especialidad de Escultura en el año 2002. Comienza su andadura artística investigando en cuestiones de género, con una fotografía provocativa y provocadora como base, para pasar a elaborar fotocollages transgresores e ir progresivamente desembocando en el empleo de los nuevas tecnologías como medio de expresión, llevando a cabo piezas digitales trabajadas virtualmente aunque al mismo tiempo de una manera muy personal, con una cercanía evidente al dibujo en su concepción más tradicional, pero desde una perspectiva muy actual. En el año 2005 es premiado con un Accésit del IV Premio Auditorio de Galicia de Novos Artistas de Santiago de Compostela, lo que determina su devenir en el ámbito artístico. Su trayectoria está salpicada de muestras individuales de gran fuerza como su intervención 'Sin la menor idea', en el Espazo InSitu de la Fundación Eugenio Granell de Santiago de Compostela en el año 2007; 'El ladrón de atardeceres' en la Galería Espacio48 en el mismo año, o 'Albergues transitorios' en la Zona 'C' del Auditorio de Galicia de Santiago de Compostela en 2008. A su vez, su obra ha formado parte de múltiples muestras colectivas en galerías, museos, ferias o certámenes, tanto en Galicia y España como en el extranjero. En 'La voluntad no lo es todo' Santi Jiménez presenta una propuesta muy personal, cargada de un lirismo extremo y, ante todo, muy cuidada y esencial. Renuncia el artista a lo superfluo, evitando caer en excesos innecesarios que sólo servirían para recargar una realidad ya de por sí saturada. Así, trae a colación sin poder evitarlo unos sentimientos que alberga toda una generación a la que pertenece, que ante la vida tan compleja y surrealista que le ha tocado vivir, se reinventa y no se detiene ante las adversidades, manifestando su desolación e intranquilidad, pero también demostrando la búsqueda continua de una solución. Una solución que no pasa sólo por la voluntad, si no también por el máximo esfuerzo, algo que se traduce en una consumada meticulosidad, un perfeccionismo muy evidente, una meditada composición, una estudiada selección cromática y, en definitiva, en un virtuosismo de tal alcance que nos revela algo muy interesante: que el artista no se ha rendido. En la Galería Espacio48 se presentan por tanto sus últimas piezas, una serie de dibujos digitales con un fuerte mensaje reivindicativo, pero al mismo tiempo tremendamente poéticos y despojados de todo artificio, sin atisbo de desesperación, a través de una expresión privada por completo de bagatelas, irónica y audaz; sugerente hasta el extremo en que sus representaciones nos dicen más por lo que ocultan que por lo que muestran abiertamente.