Descripción de la Exposición
Este martes 10 de agosto, el jurado de premiación de "La Trayectoria inédita. Mirar al mundo de nuevo", dio a conocer los nombres de los artistas ganadores de los tres premios del concurso de arte contemporáneo convocado el pasado mes de marzo.
En transmisión en vivo por IG Live, la curadora del concurso, Lorena González Inneco, leyó el veredicto que otorgó, por unanimidad, a José Vivenes por “Hartazgo de la fauna”, Génesis Alayón por “Meridiano de la Villa” y Raúl Rodríguez por “Nowhere” el primero, segundo y tercer lugar, respectivamente.
Asimismo, el jurado integrado por los curadores Tahía Rivero y Félix Suazo, y por la artista Magdalena Fernández, decidió conceder 3 menciones honoríficas a los artistas Salomé Rojas por “Morir en la orilla”, Rafael Arteaga por “Itertropismo” y María Virginia Pineda por “Su majestad vegetal”.
Después de casi un día completo de deliberación, tuvieron la difícil tarea de seleccionar entre las 36 propuestas artísticas que conforman la exposición que se exhibe actualmente en los espacios de Hacienda La Trinidad Parque Cultural, en el marco de las celebraciones del V centenario de la primera circunnavegación del globo.
Según consta en el acta del veredicto, el jurado reconoció “la pertinencia y calidad de los proyectos expuestos, tanto en su formulación conceptual como en su ejecución artística”.
Los ganadores y sus obras
José Vivenes, (Maturín, 1977), quien actualmente reside en Caracas y es licenciado en Artes, Mención Pintura, resultó ganador del primer lugar con “Hartazgo de la fauna”, una sátira visual que, en técnica de collage, ironiza la herencia historiográfica y el sarcasmo de la historia escolar. La obra, que parodia en fragmentos la animalidad y aspereza humana, fue reconocida, tal como expresa el veredicto “por plantear una óptica de resistencia que pone en tensión el régimen estético y simbólico dominante, abordando la percepción del entorno como un hecho político”.
Respecto a su obra ganadora, Vivenes expresó: “Este premio ha sido una sorpresa para mí por la calidad de todos los artistas (…) Ya venía trabajando la historiografía y la universalidad de las cosas con una serie de National Geographic y otras revistas. Me pareció pertinente el concepto de la vuelta al globo con el tema de la herencia, de lo que hemos heredado, y lo volqué en esta propuesta, adecué ciertos elementos y fui navegando sobre ella ”.
Génesis Alayón (Maracay, 1995), vive y trabaja entre Mérida, Villa de Cura y Caracas. La joven pintora, estudiante del último semestre de Artes Visuales en la Universidad de Los Andes se alzó con el segundo lugar “por explorar la memoria colectiva, el entorno y la fragilidad, proponiendo una travesía de vivencias que recoge la historia de una localidad y sus habitantes en una suerte de viaje al origen”, según se explica en el acta. Su obra “Meridiano de la Villa” es una instalación en pared compuesta por un dispositivo que sostiene 12 telas pintadas por ambas caras con pintura de caucho donada por 24 personas de distintas partes de Villa de Cura — el sitio geográfico que ubica al meridiano que rige el huso horario de Venezuela— quienes forman parte de esa historia contenida en su propuesta.
Tras el anuncio expresó: “Me siento muy honrada de haber ganado este premio y es un logro importante ser parte de un evento como este que, más allá de ser un concurso, es un intercambio horizontal con artistas a los que admiro (…) Ha sido una experiencia estimulante, la convocatoria coincidió con una etapa de nuevas búsquedas en mi trabajo plástico que se relacionan con el planteamiento del concurso”.
El joven comunicador visual, artista multidisciplinar y performancista, Raúl Rodríguez, (La Victoria, 1994), quien vive en Caracas, se hizo merecedor del tercer lugar con “Nowhere”, un performance en el cual el artista permanece de pie, rodeado por cuatro astas (sin banderas) que apuntan en ángulo de 45° de forma concéntrica sobre su cuerpo, limitando las posibilidades de movimiento. La propuesta fue premiada por el jurado “por enfocar la condición de asedio a la que están sometidos los individuos en cualquier sitio, producto de limitaciones territoriales y políticas”.
Respecto al resultado del veredicto señaló: “Más que por mí,me alegra que se premie el performance, que generalmente ha tenido presencia en concursos y exposiciones, pero no reconocimientos como este (…) Vengo trabajando el tema de la migración desde antes y el planteamiento de quedarse, en lugar de irse, es cónsono con mi propuesta. Mi paso por este concurso me deja un compromiso aún mayor con el arte”.
Propuestas con menciones honoríficas
La artista Salomé Rojas (San Cristóbal, 1996), quien vive en Bogotá, fue reconocida con una Mención de Honor por su obra “Morir en la orilla”, una instalación en la que, en una mezcla de gambiarra y programación básica, usando piezas viejas de motor, una placa de microcontrolador y material descartado, se ensamblan dos pequeñas máquinas que giran sobre su propio eje. Según el jurado fue reconocida “por remitir a la idea del naufragio como la posibilidad de un comienzo y reivindicar la fuerza poética de la travesía”.
“Es mi primera exposición en Caracas y es una gran manera de empezar (…) Estoy muy contenta con la noticia y, sobre todo, muy agradecida con todo el equipo de montaje, curaduría y logística porque fue todo un reto hacer llegar la obra a Venezuela con la difícil situación actual, armarla a distancia con motores, programación y piezas muy específicas, que requirieron bastante producción en Caracas. Era un desafío tanto el montaje como el diálogo con las otras obras e hicieron un excelente trabajo”, comentó la artista.
Rafael Arteaga (Caracas, 1986) también recibió Mención de Honor por “Itertropismo”, una propuesta conformada por 16 pinturas en pequeño formato que simulan un conjunto de fotografías polaroid. Insertas en las láminas de un álbum fotográfico son el resultado de un viaje realizado a dos puntos geográficos de los andes venezolanos. A manera de bitácora, de archivo gráfico, en cada imagen está representada una jornada del viaje desde el día cero hasta el retorno. El veredicto destacó esta obra “por su registro de memorias de viaje, utilizando lenguajes aparentemente opuestos donde la pintura y la fotografía alegorizan la laxitud analítica y la instantaneidad, respectivamente”.
En cuanto al concurso Arteaga afirmó: “Ya quedar como participante fue bastante motivador y poder aportar un grano de arena a un proceso de reflexión como este (…) Era un proyecto que ya tenía tiempo desarrollando sobre el tema del viaje, cómo hacer un registro distinto a partir del confinamiento… Fue un concurso importante, muy bien pensado para este tipo de proyectos que implican investigaciones más profundas. Una convocatoria muy acertada que se vio reflejada en todas las propuestas presentadas”.
La tercera mención honorífica fue otorgada a María Virginia Pineda (Mérida, 1980) quien vive en Caracas, por “Su majestad vegetal”, una serie gráfico-textil que reconoce las cualidades categóricas de la naturaleza, atribuyéndole rango de realeza a especies vegetales con poco o nulo valor comercial y que ofrece una reflexión en torno a la verdadera importancia del reino vegetal, no ligada al consumo, sino al equilibrio que brindan sus procesos para el desarrollo de la vida sobre el planeta. Recibió esta mención “por plantear una crónica del entorno a través de una heráldica vegetal donde convergen la majestuosidad visual y la palabra”.
Para la artista “Ha sido una gran satisfacción participar en un concurso de arte de tan alto nivel (…) Ya venía trabajando el paisaje, pero a raíz del concurso pude reflexionar sobre el rol de los seres humanos dentro de ese paisaje, y de allí se fortaleció la idea que estaba desarrollando durante la primera etapa del confinamiento por causa de la pandemia. Mi paso por esta experiencia me ha ayudado a ampliar mi investigación artística con una mirada, además de contemplativa, mucho más reflexiva”.
Tal como lo establecen las bases del concurso, los galardones contemplan un premio monetario para los tres primeros lugares, así como la incorporación de las obras ganadoras al grupo de piezas pertenecientes a la Embajada de España en Venezuela.
La exposición, organizada por la Consejería Cultural de la Embajada de España en Venezuela en alianza con Hacienda La Trinidad Parque Cultural (HLTPC), bajo la curaduría de Lorena González Inneco y la museografía de José Luis García, abrió al público el pasado 5 de agosto y podrá ser visitada hasta el 10 de octubre 2021 en Casa Hacienda, Secadero 3 y 7 de HLTPC, martes a domingo de 10:00 am a 5:00 pm, solo durante las semanas flexibles y acatando todas las medidas de bioseguridad. Este martes 10 de agosto, el jurado de premiación de "La Trayectoria inédita. Mirar al mundo de nuevo", dio a conocer los nombres de los artistas ganadores de los tres premios del concurso de arte contemporáneo convocado el pasado mes de marzo.
En transmisión en vivo por IG Live, la curadora del concurso, Lorena González Inneco, leyó el veredicto que otorgó, por unanimidad, a José Vivenes por “Hartazgo de la fauna”, Génesis Alayón por “Meridiano de la Villa” y Raúl Rodríguez por “Nowhere” el primero, segundo y tercer lugar, respectivamente.
Asimismo, el jurado integrado por los curadores Tahía Rivero y Félix Suazo, y por la artista Magdalena Fernández, decidió conceder 3 menciones honoríficas a los artistas Salomé Rojas por “Morir en la orilla”, Rafael Arteaga por “Itertropismo” y María Virginia Pineda por “Su majestad vegetal”.
Después de casi un día completo de deliberación, tuvieron la difícil tarea de seleccionar entre las 36 propuestas artísticas que conforman la exposición que se exhibe actualmente en los espacios de Hacienda La Trinidad Parque Cultural, en el marco de las celebraciones del V centenario de la primera circunnavegación del globo.
Según consta en el acta del veredicto, el jurado reconoció “la pertinencia y calidad de los proyectos expuestos, tanto en su formulación conceptual como en su ejecución artística”.
Los ganadores y sus obras
José Vivenes, (Maturín, 1977), quien actualmente reside en Caracas y es licenciado en Artes, Mención Pintura, resultó ganador del primer lugar con “Hartazgo de la fauna”, una sátira visual que, en técnica de collage, ironiza la herencia historiográfica y el sarcasmo de la historia escolar. La obra, que parodia en fragmentos la animalidad y aspereza humana, fue reconocida, tal como expresa el veredicto “por plantear una óptica de resistencia que pone en tensión el régimen estético y simbólico dominante, abordando la percepción del entorno como un hecho político”.
Respecto a su obra ganadora, Vivenes expresó: “Este premio ha sido una sorpresa para mí por la calidad de todos los artistas (…) Ya venía trabajando la historiografía y la universalidad de las cosas con una serie de National Geographic y otras revistas. Me pareció pertinente el concepto de la vuelta al globo con el tema de la herencia, de lo que hemos heredado, y lo volqué en esta propuesta, adecué ciertos elementos y fui navegando sobre ella ”.
Génesis Alayón (Maracay, 1995), vive y trabaja entre Mérida, Villa de Cura y Caracas. La joven pintora, estudiante del último semestre de Artes Visuales en la Universidad de Los Andes se alzó con el segundo lugar “por explorar la memoria colectiva, el entorno y la fragilidad, proponiendo una travesía de vivencias que recoge la historia de una localidad y sus habitantes en una suerte de viaje al origen”, según se explica en el acta. Su obra “Meridiano de la Villa” es una instalación en pared compuesta por un dispositivo que sostiene 12 telas pintadas por ambas caras con pintura de caucho donada por 24 personas de distintas partes de Villa de Cura — el sitio geográfico que ubica al meridiano que rige el huso horario de Venezuela— quienes forman parte de esa historia contenida en su propuesta.
Tras el anuncio expresó: “Me siento muy honrada de haber ganado este premio y es un logro importante ser parte de un evento como este que, más allá de ser un concurso, es un intercambio horizontal con artistas a los que admiro (…) Ha sido una experiencia estimulante, la convocatoria coincidió con una etapa de nuevas búsquedas en mi trabajo plástico que se relacionan con el planteamiento del concurso”.
El joven comunicador visual, artista multidisciplinar y performancista, Raúl Rodríguez, (La Victoria, 1994), quien vive en Caracas, se hizo merecedor del tercer lugar con “Nowhere”, un performance en el cual el artista permanece de pie, rodeado por cuatro astas (sin banderas) que apuntan en ángulo de 45° de forma concéntrica sobre su cuerpo, limitando las posibilidades de movimiento. La propuesta fue premiada por el jurado “por enfocar la condición de asedio a la que están sometidos los individuos en cualquier sitio, producto de limitaciones territoriales y políticas”.
Respecto al resultado del veredicto señaló: “Más que por mí,me alegra que se premie el performance, que generalmente ha tenido presencia en concursos y exposiciones, pero no reconocimientos como este (…) Vengo trabajando el tema de la migración desde antes y el planteamiento de quedarse, en lugar de irse, es cónsono con mi propuesta. Mi paso por este concurso me deja un compromiso aún mayor con el arte”.
Propuestas con menciones honoríficas
La artista Salomé Rojas (San Cristóbal, 1996), quien vive en Bogotá, fue reconocida con una Mención de Honor por su obra “Morir en la orilla”, una instalación en la que, en una mezcla de gambiarra y programación básica, usando piezas viejas de motor, una placa de microcontrolador y material descartado, se ensamblan dos pequeñas máquinas que giran sobre su propio eje. Según el jurado fue reconocida “por remitir a la idea del naufragio como la posibilidad de un comienzo y reivindicar la fuerza poética de la travesía”.
“Es mi primera exposición en Caracas y es una gran manera de empezar (…) Estoy muy contenta con la noticia y, sobre todo, muy agradecida con todo el equipo de montaje, curaduría y logística porque fue todo un reto hacer llegar la obra a Venezuela con la difícil situación actual, armarla a distancia con motores, programación y piezas muy específicas, que requirieron bastante producción en Caracas. Era un desafío tanto el montaje como el diálogo con las otras obras e hicieron un excelente trabajo”, comentó la artista.
Rafael Arteaga (Caracas, 1986) también recibió Mención de Honor por “Itertropismo”, una propuesta conformada por 16 pinturas en pequeño formato que simulan un conjunto de fotografías polaroid. Insertas en las láminas de un álbum fotográfico son el resultado de un viaje realizado a dos puntos geográficos de los andes venezolanos. A manera de bitácora, de archivo gráfico, en cada imagen está representada una jornada del viaje desde el día cero hasta el retorno. El veredicto destacó esta obra “por su registro de memorias de viaje, utilizando lenguajes aparentemente opuestos donde la pintura y la fotografía alegorizan la laxitud analítica y la instantaneidad, respectivamente”.
En cuanto al concurso Arteaga afirmó: “Ya quedar como participante fue bastante motivador y poder aportar un grano de arena a un proceso de reflexión como este (…) Era un proyecto que ya tenía tiempo desarrollando sobre el tema del viaje, cómo hacer un registro distinto a partir del confinamiento… Fue un concurso importante, muy bien pensado para este tipo de proyectos que implican investigaciones más profundas. Una convocatoria muy acertada que se vio reflejada en todas las propuestas presentadas”.
La tercera mención honorífica fue otorgada a María Virginia Pineda (Mérida, 1980) quien vive en Caracas, por “Su majestad vegetal”, una serie gráfico-textil que reconoce las cualidades categóricas de la naturaleza, atribuyéndole rango de realeza a especies vegetales con poco o nulo valor comercial y que ofrece una reflexión en torno a la verdadera importancia del reino vegetal, no ligada al consumo, sino al equilibrio que brindan sus procesos para el desarrollo de la vida sobre el planeta. Recibió esta mención “por plantear una crónica del entorno a través de una heráldica vegetal donde convergen la majestuosidad visual y la palabra”.
Para la artista “Ha sido una gran satisfacción participar en un concurso de arte de tan alto nivel (…) Ya venía trabajando el paisaje, pero a raíz del concurso pude reflexionar sobre el rol de los seres humanos dentro de ese paisaje, y de allí se fortaleció la idea que estaba desarrollando durante la primera etapa del confinamiento por causa de la pandemia. Mi paso por esta experiencia me ha ayudado a ampliar mi investigación artística con una mirada, además de contemplativa, mucho más reflexiva”.
Tal como lo establecen las bases del concurso, los galardones contemplan un premio monetario para los tres primeros lugares, así como la incorporación de las obras ganadoras al grupo de piezas pertenecientes a la Embajada de España en Venezuela.
La exposición, organizada por la Consejería Cultural de la Embajada de España en Venezuela en alianza con Hacienda La Trinidad Parque Cultural (HLTPC), bajo la curaduría de Lorena González Inneco y la museografía de José Luis García, abrió al público el pasado 5 de agosto y podrá ser visitada hasta el 10 de octubre 2021 en Casa Hacienda, Secadero 3 y 7 de HLTPC, martes a domingo de 10:00 am a 5:00 pm, solo durante las semanas flexibles y acatando todas las medidas de bioseguridad.
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