“La tercera persona” pone en escena un diálogo cruzado entre tres obras de Pablo Cavallo, todas producidas en 2016, que problematizan y cuestionan la rigidez de binomios conceptuales como introspección/exposición, privado/publico, interno/externo, realidad/ficción.
Una pintura de tamaño real del living del artista, un auricular escultórico de 3 metros de alto, y un video digital en el que Cavallo escucha ese mismo auricular bailando por plaza Once generan expectativas en relación a la vida privada del autor, apelando al espectador en diferentes medidas. Sin embargo, no hay que buscar una narración autobiográfica. Se trata más bien de una reflexión sobre las posibilidades de la introspección en un momento histórico en que la vida privada de los autores a menudo excede la obra, hasta sobrepasarla en relevancia a los ojos de los demás. Aprovechando la especificidad de cada medio Cavallo reflexiona acerca de la sobreexposición de la intimidad en la era de las...redes sociales, cuyo efecto es la atenuación progresiva de los límites entre lo público y lo privado y la concomitante espectacularización de gestos y episodios cotidianos.
Las obras presentadas en la muestra parecen buscar un equilibrio entre la condescendencia hacia la lógica de la ostentación y el cuidado de lo más íntimo. Quizás la lucha entre tesis y antítesis solo se pueda resolver en una síntesis, una tercera opción que permita salir del propio lugar, de la propia perspectiva individual, experimentando las posibilidades que ofrece “la tercera persona”.
Benedetta Cassini
Entrada actualizada el el 09 may de 2016
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