Descripción de la Exposición
La luz del sol nos iluminaba durante el día y en la noche nos acompañaba el fuego, alrededor suyo construimos el sentido de comunidad y desarrollamos la capacidad de pensar; con él aprendimos a cocinar los alimentos. El fuego es el primer descubrimiento del Homo faber, con él nace la tecnología. Crearlo y controlarlo supuso la transformación de las relaciones entre el Homo faber y su entorno.
¿La luz es ciencia o magia? ¿y la tecnología? Aún no sabemos dónde se traza esa frontera.
Parece brujería reconocer que las piedras están vivas igual que los minerales que componen los dispositivos tecnológicos, sin embargo es ciencia, física y química. La tecnología hace parte de labiósfera, que es, según Suely Rolnick, un gran campo de fuerzas que solo puede ser descifrado a partir de los afectos, de la influencia de las fuerzas sobre nosotrxs y sobre el saber-del-cuerpo.
Cuando el arte logra traspasar la idea de la tecnología como medio de representación, ambas se transforman en un canal de aproximación a la experiencia sensible que construye nuevas relaciones y cartografías guiadas por los afectos y las sensaciones. Así pues, el mundo se entiende como un campo de fuerzas y no de formas. Las fronteras entre lo natural y lo artificial se disuelven y se hace polvo la superioridad de lo humano. Es en estas experiencias que reside el poder subversivo de los afectos, que se convierten en un arma política cada vez que disuelven el miedo y la angustia que nos produce la velocidad del mundo y se transforman en una potente fuerza creadora.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España