Descripción de la Exposición
Musa de Christian Dior, feminista y libre. La Sala Alcalá 31 recupera la figura de la la pintora surrealista Leonor Fini y expone en su nave central un gran telón que Antonio el Bailarín le encargó en 1957 para una de sus actuaciones.
Nacida en Argentina pero criada con su familia materna en Italia, la artista Leonor Fini se trasladó en 1924 a París para comenzar su carrera como artista. En la capital francesa se relacionó con René Magritte, Max Ernst, Picasso o Henri Cartier- Bresson, quien le realizó un famoso retrato.
Su primera exposición individual tuvo lugar en 1935 en la galería de Christian Dior y, cuando este abandonó el arte para dedicarse por completo a la moda, Fini continuó siendo una de sus grandes referentes. De hecho, en 2018 la Maison Dior presentó su colección primavera/verano a modo de homenaje a la pintora surrealista.
En 1935 participó en la exposición Dada y el surrealismo en el MOMA, aunque nunca quiso ser considerada como una pintora surrealista. Fini fue una mujer libre para su época, tuvo numerosos amantes y convivió durante años simultáneamente con el poeta polaco Constantin Jelenski y con el pintor y diplomático Stanislao Lepri, acompañada además de los veintitrés gatos persas que habitaban su apartamento de París.
En paralelo a su trabajo como pintora, escribió novelas, ilustró relatos de Poe o diseñó el envase del perfume ‘Shocking’ de Elsa Schiaparelli pero, sobre todo, triunfó como diseñadora de vestuario y decorados teatrales.
El telón de Antonio el Bailarín
En España, Antonio el Bailarín le encargó el diseño del vestuario y los telones escenográficos a Fini para el Festival Internacional de Música y Danza de Granada en 1957. En concreto para el ballet Sonatina, una pieza musical compuesta por Ernesto Halffter en 1928, basada a su vez en un poema de Rubén Darío del mismo título con el famoso verso inicial: La princesa está triste, ¿qué tendrá la princesa?. El telón de 12 metros de largo y 7 de alto – claramente inspirado en los tapices medievales de La dama y el unicornio del Museo de Cluny– está protagonizado por una princesa, bufones y saltimbanquis fantásticos, pelucas, decoración vegetal de estilo gótico y animales típicos de la pintora como aves, simios y felinos.
Antonio el Bailarín conservó desde entonces el telón para su propio teatro personal en la calle Coslada de Madrid y, tras su muerte en 1996, en este teatro tuvo lugar la capilla ardiente con el telón de Fini a medio alzar.
Los bienes del bailarín fueron subastados y el telón fue adquirido por la Comunidad de Madrid. Actualmente y después de llevar guardado casi veinte años, será mostrado al público en la próxima exposición que organiza la Sala Alcalá 31 Latinoamérica en las colecciones CA2M y Fundación ARCO, que recorre lo mejor del arte latinoamericano desde los años 50 y que se podrá visitar del 26 de febrero al 21 de abril. Al mismo tiempo, en el CA2M se podrá ver la exposición Colección XVII: Charlotte Moth, donde esta artista escocesa reinterpreta la colección exponiendo dos telones más diseñados por Fini para la Sonatina de Antonio y que se podrá ver desde el 24 de febrero al 16 de junio.
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