Descripción de la Exposición
Vivir en una gran ciudad se ha vuelto cognitiva y emocionalmente insoportable para las personas genuinamente afectuosas. Las metrópolis parecen estar diseñadas más para las máquinas y la inteligencia artificial que para nuestros cuerpos y espíritus sensibles. El vidrio y el acero son materiales demasiado fríos como para calentar nuestros corazones y las intensas luces de las pantallas led, junto a los irreconocibles ruidos de las calles, son estímulos bastante difíciles de procesar para nuestros cerebros. Frente a ese paisaje inhumano, luminoso y veloz, las imágenes de habitaciones que se dibujan en los grabados y las cerámicas de esta exhibición parecen cápsulas espaciales que conservan una estructura temporal independiente, ajustada para resguardarnos cavernosamente de una exterioridad que, sin embargo, siempre encuentra una manera de filtrarse.
Manchas de humedad, ecosistemas en las baldosas y el atrofiado crecimiento de las plantas en macetas austeras, es solo un pequeño inventario de las formas de vida acechantes que proliferan entre nosotros. Esa complicidad con el exterior es retratada por Pablo Cabrera con la paciencia de un alfarero que intenta incrustar los espíritus en el interior de las piedras. Pero, más allá del trabajo meticuloso, con el tiempo las piedras siempre se quiebran; y el valor de los artilugios domésticos se convierte en material de interés arqueológico.
Aunque estemos teniendo una mala tarde, podemos intentar cobijarnos en nuestros sueños y corroborar, en carne propia, si es verdad esa frase que dice “cuando uno duerme la siesta el día tiene dos mañanas”.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España