Descripción de la Exposición
Milagros Schmoll Ahuad pertenece a la generación post internet, artistas que participan del final del siglo XX y a la vez son testigos del comienzo del mundo actual. Nacen en 1989, cuando cae el Muro de Berlín, aparece la Web y la realidad analógica convive con las pantallas del metaverso digital. Aunque conviven con los avances tecnológicos, es un momento en el cual se vuelve a pintar. En este contexto, Milagros transita el camino del arte con absoluta libertad. El nomadismo estilístico de sus paisajes abstractos se articula al ritmo de las diferentes culturas que fue incorporando en su vida. Como los pintores viajeros que llegaron a Sudamérica para documentar la cultura del Nuevo Continente, Milagros va dejando rastros de las ciudades en las que vivió. Sus pinturas evidencian sus vidas paralelas, en un recorrido que empieza con su formación en Buenos Aires y sigue con una carrera en el mundo de la moda que la llevó a Londres, París, Tokyo y Los Angeles, para finalmente regresar hoy a su ciudad natal.
Su obra se fue impregnando de distintas situaciones emocionales, añadiendo elementos en cada cambio de escenario. Va incorporando sensaciones que traduce plásticamente en la tela, como un diario personal donde las texturas y los colores son el lenguaje para comunicar su interioridad.
Para Milagros, el arte es un refugio, como la naturaleza. Pintar es su continente, el anclaje a una identidad que la define. En sus obras el paisaje ocupa un lugar central. Incorpora todos los elementos de la pintura abstracta de la historia del arte de manera actualizada. Desde los cuadros precursores de Turner, el impresionismo francés, pasando por la abstracción norteamericana, los chorreados de Helen Frankenthaler, el dripping de Pollock, hasta las raspaduras y las veladuras de Gerhard Richter, su referente más cercano. El simbolismo atraviesa toda su producción porque son paisajes imaginarios con una carga sensible de mucha intensidad. Hay una espontaneidad expresiva en los trazos mezclando materiales y recursos que se contrapone con sus largos procesos creativos que parten de imágenes mentales que se van construyendo en el tiempo. Las densas capas matéricas se acumulan y van formando una cartografía interior como capas de la memoria, donde surgen los temas de las obras. El vacío, el amor, la felicidad de un encuentro con un alma gemela y la oscuridad existencial en una obra donde acude también a la música como “Digging in the dirt” de Peter Gabriel. En “Space Monet”, el pintor francés es el lugar que ella decide habitar mientras recrea de manera actualizada el último período del artista en Giverny.
En un período de voracidad consumista y aceleración desmedida, Schmoll Ahuad nos propone recuperar con el arte la serenidad y el silencio interior, preservando la belleza inefable de lo humano.
Laura Batkis
curadora argentina