Descripción de la Exposición
El Palacio del conde de Buenavista, actual sede del Museo Nacional de San Carlos, se construyó hacia fines del siglo XVIII y principios del XIX en una zona rodeada por palacetes de descanso en donde las familias de la elite mexicana podían alejarse del creciente bullicio de la otrora capital novohispana. Sin embargo, conforme avanzó el siglo XX, la casona quedó en medio de La Tabacalera, una colonia popular que debe su nombre a la compañía cigarrera que aquí se estableció entre 1899 y 1930. A lo largo de los años, este barrio se caracterizó por la arquitectura Art Deco que distinguió muchos de sus inmuebles, así como por el desarrollo de una vida nocturna que trazó una suerte de circuito de centros nocturnos, bares, hoteles de paso y prostíbulos que abarcaban el Centro Histórico de la Ciudad de México, así como las colonias Guerrero y Nonoalco-Tlatelolco.
A tal efecto, al caer la noche la Tabacalera se transformaba y sus calles se poblaban de habitantes que eran estigmatizados y marginados por el resto de la sociedad capitalina debido a sus preferencias sexuales, sus medios de supervivencia o, simplemente, por vivir fuera de lo que era considerado “correcto” de acuerdo con un sistema de valores asociados con una tradición cristiana. Así, la exposición La noche nos pertenece reúne una serie de testimonios visuales que dan cuenta de las miradas en torno a la vida nocturna y sus protagonistas, los prejuicios a los que han estados sujetos, así como las historias que se construyeron para darle sentido a un mundo que parecía correr paralelo a los afanes de desarrollo y modernidad del México del siglo XX.
Con esta exposición, el equipo del Museo Nacional de San Carlos no busca emitir un juicio de valor ni condenar a nadie, así como tampoco idealizar la vida nocturna o negar todas las problemáticas y violencias que guarda y reproduce –así como todo el sistema de explotación que conlleva–. Lo que buscamos es reflexionar sobre la realidad que nos rodea y reconocer a todas esas mujeres y hombres que no deben seguir padeciendo la invisibilización o el borramiento social.