Hace un año me sorprendió en un rastro un pequeño álbum con cien negativos de formato medio (6x4'5 cm). La temática de estos negativos tenía como hilo conductor la imagen de una mujer joven, refinada, coqueta, alegre. No se nada de esta mujer anónima que nadaba allá por la década de 1950 en un mar casi seguro Mediterráneo. La Nadadora desconocida posaba para alguien con los ojos cerrados, hacía piragua, reía con amigos, paseaba independiente, posaba serena junto a su... ¿marido? Me impactó tanto su rostro y sus actitudes frente a la cámara que decidí dar la oportunidad de ver la luz a esas fotografías que alguien hiciera hace ya más de sesenta años. Hablar a través de mis obras de una biografía sin datos, dialogando sobre la propia existencia y su trascendencia. Estas imágenes anónimas de una vida cualquiera, este juego de apropiación, alimentan hoy este ... pequeño homenaje a una mujer que vivió no muy lejos de aquí y de la que sólo se lo que todos ven.