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Frecuentemente catalogado como un territorio en el que se cruzan lo existencial, lo político y lo afectivo, el trabajo de Cristián Silva explora lo autobiográfico desde una dimensión social, en la que pequeños instantes domésticos o grandes acontecimientos históricos tienden a presentar jerarquías equivalentes.

Fascinado por las conexiones íntimas que pueden establecerse entre elementos distantes, Silva construye una narrativa fracturada en la que convergen documentos y archivos, sujetos encontrados, divagaciones y anécdotas personales que son asociadas libremente y que articulan un vocabulario ... multidimensional.

El título de la presente exposición proviene del sitio homónimo ubicado en la esquina noreste del Parque del Buen Retiro, en Madrid, construcción del s.XIX de la que Silva se sirve como cobijo conceptual, no literal, en el que albergar un mundo de contingencias histórico-míticas.

La Montaña Artificial es una construcción de aparente opulencia y complejidad exterior -su fachada está plagada de símbolos propios de la época de la Ilustración de difícil interpretación- que contradice la precariedad de su interior. Desde hace años el edificio se encuentra cerrado y en estado de deterioro; los cambios históricos lo despojaron de su función, que era dar refugio a las fieras de la corona en época de Fernando VII, sumiéndolo en una atractiva decadencia.

La original ocupación y el devenir histórico del edificio lo cargan de una simbología de la que Silva se sirve como metáfora para elaborar por medio de dibujos, objetos y vídeos, un envolvente relato en el que se yuxtaponen el ocultismo, el humor, la política y la publicidad.