A partir del año 2008 comienzo a fotografiar teatros y auditorios de Buenos Aires. Para esto ubico la cámara desde el escenario hacia la sala haciendo especial hincapié en el lugar de las butacas y utilizo una iluminación artificial y móvil para generar una idea de ficción en el espacio que corresponde al espectador.

Mi interés con esta metodología es resignificar los espacios de representación para cuestionar las dicotomías que de esta relación resultan: sujeto -objeto, espectador- espectáculo, realidad y ficción, como si cada una de estas entelequias pudiera definirse o dejar de ser por la forma de ser iluminado. Es la principal preocupación en todos los trabajos que llevo adelante la presencia de la luz como él protagonista que opera como dador de sentido precisamente en algunos casos, como este, al invertirlo.