Descripción de la Exposición Suele ocurrir, en las historias verdaderas, que cuando uno más quiere enmascarar algo más se aleja de esa máscara inconsistente e inconexa y más se acerca a aquello que con tanto ahínco trata de esconder. Por alguna extraña razón, hay artistas, seres, que no pueden hablar de mentiras por más que traten de hacerlo. Quizás sí pueda hacerse esto en otras profesiones, pero no es capaz de hacerlo el humano que, tocado por una varita, ha venido aquí para crear, inventar, imaginar, hacernos vibrar sin siquiera proponérselo. De algún modo que escapa al entendimiento de los que somos mortales, a secas, esa varita mágica capaz de todo en las manos adecuadas, ha transformado La misma mierda de siempre, en la misma verdad que reverbera, escondida bajo la piel inconforme, en estado puro, irremediable. El color tapado, ahogado, que trata de abrirse paso entre el denso y masticable abismo, petróleo que ennegrece el alma. Pero que al mismo tiempo es el artífice de la belleza que adquiere la línea de color, luz que persigue una salida, siempre. La personalidad del creador se reinventa en cada trazo, poniendo en crisis hoy lo que ayer era válido, y se descubren pensamientos y emociones solapados que se acumulan en el lienzo como huellas de un diario fascinante. Es Paco en estado puro. Él. Habitando en la sala coexisten el día y la noche. La gravedad de la incertidumbre abnegada y el objeto lúdico, multiforme, hecho caleidoscopio. La luz en medio de todo, el color como excusa para hablar de cosas, la forma conjugada entre miles de posibilidades. La diversión sin límites ni prejuicios. Estamos ante la terapia infalible del ser individual y social, mecanismo al que el artista se ase como vía inequívoca en la soledad de un estudio, pero también en la descontrolada rutina de un hombre. Juego adulto de piezas de colores infinitas que descubren la ingenuidad y descaro de un hombre que siempre dice la verdad. La verdad de Paco es tan sincera que olvida ser pretenciosa, y es ahí donde reside su inquietante encanto: es, sin necesidad de fórmulas y por encima de todo, es. Su obra no nos grita, no nos trata de atraer con neones ni buenas maneras. Se nos planta delante y deja que nos tomemos el tiempo necesario para hablarnos. Nos permite respirar, cuestionar, nos sobrecoge o nos destensa, se hace nuestro ahora el discurso para abandonarnos y dejarnos, por supuesto, solos ante nosotros mismos. ¿Seremos capaces? Qué ganas de intentarlo.
Formación. 01 oct de 2024 - 04 abr de 2025 / PHotoEspaña / Madrid, España