Los fotógrafos Miquel Badia y Rafel Casanova han vivido el barrio de la Maurina durante aproximadamente siete meses y han recogido sus experiencias fotográficas en esta exposición, que quiere ser un homenaje a la gente de un barrio luchador, vecinas y vecinos muy activos socialmente. Un barrio que comenzó a tomar forma a mediados del siglo XX, con un paisaje de colinas y torrentes, de fuertes desniveles. Es en los años sesenta cuando comenzó a hacerse a sí mismo gracias a la migración, personas que se hicieron suyo el barrio, luchadoras y activistas de su barrio. Los mismos vecinos construyeron el primer colector a pico y pala. Gracias a su esfuerzo y su reivindicación La Maurina logró mejoras urbanísticas y sociales notables.