Descripción de la Exposición
El 27 de mayo, a partir de las 18 horas y hasta las 21.30, María Jerez presenta en Twin Gallery "La mancha", su primera muestra individual en la galería:
"No existe mancha sin el contacto con el otro. La mancha es una cosa informe que alcanza la superficie de otra cosa de manera inesperada, accidentada... y en el contacto, la mancha cambia la configuración de su superficie, generando nuevas fronteras, nuevos bordes, modificando los cuerpos", María Jerez.
LA MANCHA
Una mancha es un cuerpo extraño que invade otro cuerpo. Según la RAE, es una señal que una cosa hace en un cuerpo, generalmente “ensuciándolo” o “echándolo a perder”. O una “parte de alguna cosa con distinto color del color general o dominante en ella”. O un “pedazo de terreno que se distingue de los inmediatos por alguna cualidad”. Durante siglos, la mancha se ha considerado como una “deshonra”, en cambio, este trabajo quiere considerarla como oportunidad. No existe mancha sin el contacto con el otro. La mancha es una cosa informe que alcanza la superficie de otra cosa de manera inesperada, accidentada... y en el contacto, la mancha cambia la configuración de su superficie, generando nuevas fronteras, nuevos bordes, modificando los cuerpos.
La mancha es la precuela de la pieza performativa The Stain (2019), que María Jerez realizó en colaboración con un carpintero, un panadero, un pintor, un compositor, un diseñador de luces y cinco artistas del arte en vivo, donde planteaba la creación de un espacio de conocimiento compartido. La pieza en vivo se convertía en un lugar donde desaparecían las clasificaciones firmes de la Modernidad, que tienden a separar el conocimiento en campos segregados, para entremezclarlos de forma promiscua. Un espacio inestable donde entidades de diferente naturaleza coexistían y co-evolucionaban en una coreografía de constantes encuentros con la otredad.
Para esta nueva versión expositiva, María Jerez sigue insistiendo en la convivencia de múltiples puntos de vista y en la heterogeneidad de materiales, que se afectan e invaden unos a otros. Para ello, se basa en la convivencia de 5 tipos de técnicas: la pintura, la alfarería, la confección de pan, el diseño sonoro y la iluminación.
Así, la galería es considerada como un terreno, un bosque o un cuerpo donde todos y cada uno de los milímetros del espacio son diferentes y donde todos y cada uno de los detalles, cuentan. Una gran mancha de color invade el espacio y los diferentes cuerpos que lo habitan. El visitante es invitado a adentrarse en la mancha para “componerse con” las materias que conviven en esta escenografía y prestar atención a cada una de las escenas que se disponen en el suelo, entre los pliegues de la mancha, pero también arriba, con los elementos colgantes que invaden el aire de la galería. En la cercanía a las piezas se escucha la banda sonora alojada en los distintos cuerpos: una pieza de barro cocida con pan que suena a roce de telas, un trozo de tela rígido que esconde un gruñido o un brioche que suda pintura y silba.
La relación establecida entre estos "cuerpos" dispares no se basa en una relación "inteligente" o jerárquica, que busca una coherencia, sino, por el contrario, en la experiencia de un parentesco extraño donde los límites se entrecruzan una y otra vez: lo humano, lo mineral, lo fúngico, lo orgánico, lo artificial, lo animado, lo inanimado... Cada ensamblaje es, a su vez, poroso y susceptible de mutar y manchar.
La Mancha es una exposición de María Jerez para Twin Gallery, que ha contado con el apoyo y colaboración de Javi Cruz, Óscar Bueno, Anto Rodríguez, Carlos Carpintero, Javier Fernández Rubio, Antonio Peñuelas, Pablo Capitán del Río, Juan Ruiz-Rivas, Uriel Fogué y Cuqui Jerez.
María Jerez (Madrid, 1978)
Su trabajo se sitúa “entre” la coreografía, el cine y las artes visuales. Más allá del interés en sus primeras piezas por las convenciones teatrales y cinematográficas, y la comprensión implícita del espectador de las mismas; en sus últimos trabajos busca cuestionar esta relación abriendo espacios de potencialidad a través de encuentros con aquello que encontramos extraño y ajeno. Su trabajo más reciente insiste en la performatividad del encuentro como espacio de transformación. En este proceso de transformación, el “otro”, se aloja en uno mismo, estableciendo bordes difusos entre lo conocido y lo desconocido, el objeto y el sujeto, lo animado y lo inanimado. Su trabajo trata de escapar de las lógicas logocéntricas y antropocéntricas, donde el propio conocimiento humano se convierte en un algo vulnerable ante otros ecosistemas enigmáticos y complejos.
María Jerez combina la producción de su trabajo artístico con proyectos pedagógicos, curatoriales y editoriales.