Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- La luz que nunca se apaga, es una serie íntima, y más concretamente relacionada con la muerte del padre, del propio padre del artista. Aquello significó para Vicent Carda un duro golpe ya que siempre pensaba que la muerte estaba muy lejos en aparecerle. La luz que nunca se apaga, ha sido y todavía lo es una experiencia dura pero gratificante, como muy bien reconoce el propio pintor. Ha significado una nueva sensibilidad y realidad de la persona en estos tiempos que corremos. Partiendo de estas premisas, de la interpretación de la muerte, de la relación que siempre existió entre padre e hijo, y sigue hoy existiendo ha pesar de la ausencia, el trabajo que presenta, pretende trascender más allá de su innegable dimensión moral, una capacidad de abstracción, enormemente sugerente en general (la propia creatividad) y pertinente en particular (la obra). No se pretende establecer los interesantes e insondables paralelismos entre padre e hijo que a lo largo de la historia hemos podido encontrar en el mundo de la literatura, la filosofía etc., ni tampoco deslindar los intrincados márgenes que separan y unen el binomio padre-hijo, o mejor, la cultura del patriarcado. Lonetas de algodón persistentemente lavadas, pintadas, manipuladas. El dibujo, los vestigios de las superposiciones, la purificación de la limpieza. El grafismo directo, los cambios de textura apenas perceptibles. El blanco y el negro, el azul, el humo oscuro hasta la sombra que impregna solidificado el lienzo con la presencia obscena de lo real, la muerte. El gesto automático, premeditado, mágico, que se desliza desde la mano hasta la tela, atravesando ese espacio de nadie (que después es de todos) entre el pintor y la obra. La mancha, esa larga y espesa mancha que luego se hace luz. La luz que nunca se apaga. Este hecho que tantas veces ha repetido y ha buscado Vicent Carda, que tan cerca estaba, le ha servido para partir en sus últimos trabajos. Como las semillas, el hombre cuando ha alcanzado su estado de madurez debe dispersarse, retirarse, pasar una fase de letargo, antes de llegar a germinar. La luz que nunca se apaga es sencillamente la germinación de un largo letargo ante la ausencia del padre. Cuando se opta por un camino de búsqueda de lo esencial (no otra cosa caracteriza la abstracción) el proceso de reflexión previo adquiere una importancia decisiva, el estudio y el conocimiento, pero también el dolor, la perdida del ser querido, es a partir de éstas reflexiones cuándo aparece un nuevo concepto y una nueva idea de trabajo. En esta exposición, es la unión, la relación padre-hijo, pasado y presente, ayer y hoy lo que ha motivado la reflexión y el nuevo trabajo de Vicent Carda.
Una selección de la obra de Vicent Carda realizada entre 2008 y 2009, parte de la serie ya se pudo contemplar en Valladolid (galería Caracol) y también en Granada (galería Sandunga).
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España