Descripción de la Exposición La galería L21 presenta una exposición individual de Bel Fullana (Son Carrió, 1985) en la que muestra unos lienzos que inauguran una nueva fase de su obra. La luna es una lámpara que brilla es una frase encontrada por la artista en un cuaderno escolar, donde un despliegue de repeticiones abrían el camino a su aprendizaje. Ejercicios didácticos en los cuales la artista, a través de un proceso de auto-análisis y distanciamiento, descubre algunos índices de unas determinadas obsesiones que desbordan los límites de su infancia y concurren, sin duda, a la formación de su identidad. Todo lo que persiste es importante aunque sea necesario luego enfrentarse a ello para comprender su desarrollo futuro. En el caso de la artista el hacer, pintar o dibujar, inevitablemente consiste en enfrentarse a su pasado ya que todo arte auténtico tiene un fuerte componente autobiográfico. Si bien el aprendizaje es un aspecto funcional a la formación de cualquier individuo, se trata de un proceso, en este contexto, muy significativo para Bel Fullana. Para esta exposición la artista decide enseñar pocos lienzos que configuran un conjunto de síntomas de una misma pulsión. Lo que las obras indican es un profundo deseo de mirar al mundo con una capacidad de asombro y maravilla parecida a la de la infancia, como un grito que celebra una energía repentinamente recobrada. Asimismo, el espectador frente a estos lienzos experimenta una sensación de extrañamiento y de fascinación, como si viera las cosas por primera vez o, mejor dicho, como si las observara finalmente liberado de todo trajín cotidiano. De manera análoga a sus primeros ejercicios matemáticos, Bel Fullana tacha los elementos externos a una serie para fortalecer la coherencia y la unidad del significante, confiando en la polisemia del signo que aguarda la llegada del espectador para empezar la combustión del sentido. Para lograr esta sensación de ensueño, Fullana utiliza recursos emblemáticos de la pintura: repetición y síntesis. Reduce progresivamente los elementos compositivos hasta aislar definitivamente la figura del fondo, otorgando de este modo un máximo de expresividad a ambos para dejar vibrar el gesto pictórico en un crecimiento exponencial. Nos encontramos entonces frente a una serie de obras que poco o nada tienen que ver con el célebre 'El niño es el padre del hombre' de William Wordsworth; en mucho aspectos, estos lienzos se acercan mucho más a las atmósferas de otro poeta, Pier Paolo Pasolini, para quien la vitalidad siempre es una fuente de afecto y de ingenuidad. (Re)descubrir el mundo, verlo de otras maneras, es algo muy necesario y hasta urgente y Pasolini lo deja patente en estos versos: '¿Un niño grita o sueño?, grita o canta, / grita en los mudos campos, estoy vivo, / un niño grita'. Se trata de un grito de una alegría ingenua e incontrolable cuyo eco no se podrá apagar hasta que la luna siga siendo una lámpara que brilla.
Formación. 15 oct de 2024 - 30 jun de 2024 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España