Descripción de la Exposición ------------------------------------------------------- ------------------------------------------------------- CALANDA (Teruel) 1924, Ya de niño, modelaba figuras en pellas de barro que cogía de los márgenes de los ríos. Le gustaba modelar retratos de personajes famosos aragoneses, que copiaba de una antología de hombres ilustres. Fallece su padre, y al alcanzar los 15 años, con el final de la guerra decide trabajar en el taller de carpintería de su tío, especializándose en la talla de puertas, lo que le familiarizó con la madera: nogal, pino, encima..... y con el instrumental propio: gubias, cepillos... Antonio Ferrer vecino de Calanda, se interesó por el talento de Lamiel y lo llevó a Zaragoza donde comenzó a trabajar en el taller de imágenes religiosas originales, realizadas en base de escayola y policromadas. Las esculturas se exhibían en el escaparate de la sombrerería de los Bonfil, de gran prestigio. Pronto los dueños lo adoptaron y con 17 años se fue a vivir con ellos. Pronto comenzó a trabajar en el taller de los Albareda con esculturas de madera policromada especializándose en los angelotes de las nubes de las 'purísimas'. Talla las manos del Sagrado Corazón de la iglesia de San Nicolás y también un borrico del paso Jesús entrando en Jerusalén, hoy en la iglesia de la plaza de San Cayetano. Confiesa que le gusta tallar las cabezas de los animales y buscar su expresión más humilde. Compagina su trabajo en el taller de Los Albareda con los estudios en la Escuela de Artes y Oficios de Zaragoza, donde aprende a modelar, pintar y dibujar durante tres años. Gana su primer premio en un concurso convocado por el Ayuntamiento de Zaragoza con un bodegón al óleo: un puchero de barro con un vaso de agua firmando Asensio. Manuel Aznar Bosque, maestro de Lamiel, en su infancia, lo llevó a Valencia y entró voluntario en el servicio militar, donde estuvo trabajando en el taller de imaginería de Gimeno. En el segundo año del servicio militar ingresa en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. A partir de este momento trabajará en la talla de fallas para la plaza del Mercado de Valencia. La Diputación Provincial de Teruel le concedió un pensionado para estudiar en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando de Madrid, por lo que se trasladó a la capital. En Madrid encontró alojamiento con una familia. Mientras estudiaba, asistía con frecuencia al Ateneo de Madrid, donde entró en contacto con escritores, críticos de arte y diplomáticos. En este período realizó varios bustos de broce para algunos de estos diplomáticos, en su mayor parte, sudamericanos. También participará en exposiciones de Bellas Artes en el Palacio de Cristal, en la I Bienal Iberoamericana en la Biblioteca Nacional y hará una exposición individual de escultura en la sala Amigos del Arte de la Biblioteca Nacional gestionada por el Marqués de Salzillo. Por otro lado, frecuentó las tertulias literarias que proliferaban en Madrid en la década de los 50. Los sábados por la tarde, asistía a la tertulia del Café Comercial, por la noche recalaba en Café Levante y los domingos por la mañana asistía a los recitales de 'Alforjas para Poesía'. Tras esta etapa comienza su periodo colombiano, 1960 - 1966, donde realizó una copia de la conocida escultura de Cristo coronado de espinas. Al final de su etapa colombiana inició una nueva etapa creativa, más pictórica y con un estilo nuevo, que llama la 'etapa verde', por el color verdoso de sus figuras. A partir de este momento podemos hablar de un estilo ingenuista, donde predomina la esencia de la línea y el volumen y fija la composición del cuadro en la presencia del personaje, con reiteración de la figura femenina, la maternidad y un uso sistemático, en el tercio inferior del lienzo, el paisaje típicamente aragonés que será, a partir de ese momento, su único paisaje. Las dos terceras partes superiores del cuadro plasmarán los colores propios del amanecer y del atardecer, cuando el sol aún no ha salido y ya se ha puesto. Alargará las figuras, en un deseo de expresar la verticalidad del gótico, dotando a los rostro de sus personajes de un tono melancólico. A este nuevo estilo lo denominará 'ingenuista', y será su singular permanente hasta hoy. La verdadera clave de su creatividad, como no se cansa de repetir, se encuentra en el paso de la realidad a través del fino tamiz de su mundo interior, 'en la sensación se toma lo que llega; sin embargo, en el sentimiento se interviene'.
La escultura de Lamiel, comienza a desarrollarse a partir de 1941, toma el bronce, la piedra rosa y la piedra de colmenar como materiales más habituales, dentro de una tendencia academicista de buen cuño. Más personal, su pintura, que empieza a consolidarse en la década de 1960, muestra un claro gusto por los colores sin contrastes, en composiciones sobrias de un abierto primitivismo, tratando por lo general figuras humanas, solitarias y melancólicas, y sin omitir en ciertas ocasiones una denuncia social no por soterrada menos efectiva.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España