Descripción de la Exposición Alejandra del Castillo y Alicia Ubilla ya habían compartido exposiciones con un asunto preciso y un número acotado de participantes, cuando comenzaron a trabajar en equipo las temáticas y fundamentos de sus obras. Integraron un dueto visual, al reunir dos instalaciones claramente diferenciadas que se mostraron como una zona de sombra en el Museo de Arte Precolombino e Indígena de Montevideo, en el año 2011. Me referí entonces a sus sutiles intersecciones, y entiendo que en buena parte aquel texto de entonces incluye la posibilidad de una exposición como la actual. Por segunda vez en menos de un año, aquellos vasos comunicantes entre sus mundos expresivos, que me animaba a ubicar hasta ahora- a través de una simplificación quizás impertinente- en el área de la razón en el caso de Alicia, y en el de la afectividad en la obra de Alejandra, dieron paso a un trabajo en equipo que pasó de lo conceptual a la resolución formal, alimentándose mutuamente. Fueron dos experiencias hasta ahora, las dos en 'La Pasionaria', la primera en el espacio abierto que ocupa en parte la escalera, acompasándose a su trayecto. Esa primera muestra en la Ciudad Vieja a mediados de 2012, siguió una revisión conceptual del criterio de montaje, en función de un espacio del Espacio de Arte Contemporáneo, a fines del mismo año, y un segundo trabajo de adaptación a una sala del Centro Cultural Borges. Subvirtiendo la antinomia animado- inanimado, estas artistas reflexionaban acerca de la vida y muerte de los objetos, cuando el azar llevó a Alejandra a reencontrarse con cuentos de Felisberto Hernández, que Alicia había leído hacía poco. Los textos de este escritor uruguayo, unos textos cargados de imágenes, fueron el detonante de esta instalación conjunta, que llega a Buenos Aires con dieciseis mini objetos que partieron de frases del aquel escritor. Siete de ellas fueron ubicadas en Las Hortensias, otras tres en El Balcón, y las tres restantes de la primera instalación en El acomodador, El corazón verde, y Menos Julia, y otras tres, planteadas para el Borges, en La casa inundada. Los objetos están en parte adosados a la pared y en parte dibujados sobre ella, o bien apoyados en pedestales, y todos ellos incluyen palabras que aluden a la apropiación creativa. Es así como la puesta en forma de [...] ella encendía las cuatro velas de los candelabros, y tocaba notas tan lentas y tan separadas en el silencio, como si también fuera encendiendo uno por uno los sonidos [...] lleva a cuatro semi-candelabros pegados al muro, y al dibujo de otras tantas velas, con los residuos de su combustión, que intercalan otro texto segmentado: encendía... notas lentas... separadas... por el silencio. Gabriel Saad tituló Tiempo y espacio en algunas narraciones de Felisberto Hernández una ponencia que presentó en Niza en 1973. Trabajó esta disertación a partir de tres ejemplos- El Vapor, Menos Julia, y Las Hortensias- en los que destacó el manejo del espacio-narrativo que hacía en ellos Felisberto Hernández, y la importancia que éste adquiría en los relatos. Se refiere en especial al vacío, a la clausura y a la fragmentación. Sin querer por ello forzar la dimensión relativa de estos términos en el trabajo literario y plástico, me reconforta haber encontrado este lejano escrito de una figura prestigiosa, para reclamar este cruce imprevisto. Que lleva a pensar sino en lo inevitable, por lo menos en lo acertado que fue el encuentro entre estas artistas y el escritor.
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España