La exposición está compuesta por piezas realizadas en distintos medios que exploran nuestra relación con el territorio y con las fuerzas que generamos para transformarlo, así como las relaciones entre los distintos agentes de la sociedad que participan en este proceso. El mapa es un garabato. Cada época es un relato distinto escrito en el suelo y su uso nos habla de nuestra manera de construir la colectividad. Oleadas de desobediencia se forman en el horizonte urbano de una manera orgánica e inevitable. La lógica y la ley son ilusiones que surgen debajo de una fuerza mayor. La única regla parece la necesidad de pasar por encima de las reglas. Está claro que en esta dimensión el estado no existe; es un padre ebrio e inmaduro que aparece cuando nadie lo ha llamado. Mucho menos las reglas del mercado. Este ni siquiera es de la familia.