Un tanto de mi imaginario truca hoy estas paredes.

Desde hace tiempo no soy la misma, he nacido para ir arriba y abajo, como todos supongo, con el desequilibrio siempre termino acudiendo a mi pintura y cierro las ventanas de mi casa porque me niego a recibir nuevas presencias; prefiero transitar por los mismos lugares, el luto y el color.

Un azul sanador, unas formas y una técnica que repito; se supone que padezco de una cierta madurez pictórica pero cada cuadro es un abismo, una incógnita; un ir y volver de mi misma, mezcla de obstinación, de desengaño y a la vez estampas de algo que se va curando con cada pincelada.

2 meses he tardado para crear ... esta muestra, 2 meses hablando de mi misma conmigo misma, saturación de YO, edad de mágicas visiones en mi mente acompañado de un trabajo de hacedor agotador, batallas perdidas y espacios ganados.

Dictados en abstracto de mi psique y una mano que intenta reproducirlo para liberar lo retenido y rechazar la violenta sensación que podría consumirme.

La pintura es mi salvación, da a mis sufrimientos constante estimulo y vida.

Es lo único que me permite expresarme con autoridad.