-------------------------------------------------------

-------------------------------------------------------

A Eduardo Chillida Belzunce son los sentidos los que le mueven a pintar, el artista vierte su fuerza espontánea en cada pincelada como si la vida le fuera en cada centímetro del lienzo. Son palabras de José Luis Merino escritas en el libro VANGUARDIA VASCA. Su torrente interior es la potencia de los temas, el tema mismo. Pinta la casa, el pasillo de esa casa, con sus puertas, manillas, techumbre, paredes, ventanas y….de pronto llega una catarata de blancos envueltos por otros colores. En alguno de sus cuadros introduce cuadros que ya ha pintado y así le viene ... la oportunidad de pintar lo ya pintado, en un alarde de superación, con el aditamento de la sugerencia, ambigüedad y misterio.

En sus obras también se da importancia al continuo juego de puertas y ventanas, unas veces cerradas, otras abiertas, entornadas, semicerradas, semiabiertas produciendo una sensación de vorágine, de tumulto, de espacios imposibles.

Estos juegos que utiliza Chillida Belzunce se reflejan en el texto del catálogo editado con motivo de la exposición y en el que el novelista Eduardo Iglesias hace un recorrido literario a través de las pinturas presentes en la muestra. LLEGADA A LA CASA DEL ENIGMA titula el escritor el relato y escribe:..veo cuadros apoyados en el suelo representando lo mismo que estoy viendo. Otra vez el enigma. Y la obsesión. La ciudad, el mar, la bahía, la playa, la casa, los objetos en el alféizar y en los rincones del suelo. Y el ensimismamiento. Las paredes dibujan ventanas cerradas. Efecto deshabitado. Pero pronto me apercibo que la única puerta que veo se encuentra entreabierta. ¿Significa esa abertura una invitación para entrar?