Descripción de la Exposición
Ángel Marcos. Por Jorge Fernández
Director del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba
Comisario de la exposición “La anarquía del espacio”
Ángel Marcos es unos de los artistas españoles que más vínculo ha tenido con el contexto del arte en Cuba. Tiene en su currículum varias exposiciones vinculadas a nosotros y ha sido invitado en dos ocasiones a participar en la Bienal de La Habana. La energía que ha recibido en este país lo motivó a producir una serie fotográfica inspirada en el entorno social y urbano de la isla. La exposición que presentamos en el Museo Nacional de Bellas Artes recoge la labor de Ángel Marcos por un período amplio de su carrera. La puesta en escena cuenta con una profunda versatilidad, no se queda en un solo medio de trabajo, sino que su fotografía muta a diferentes soportes. Eso nos hace ver esta muestra como un todo, donde convive la fotografía con el video y la instalación.
La anarquía del espacio se erige como una cartografía que cuestiona las dinámicas establecidas para legitimar los correlatos entre centro y periferia. Marcos nos presenta el anverso y el reverso de los ambientes citadinos. Los crecimientos desproporcionados de las megalópolis y el abandono de aquellas personas que reciben el impacto de la gentrificación, unido a las construcciones ad hoc de esas poblaciones de bajos ingresos y el modo en que van estructurando sus lugares de hábitat. Este creador pone sobre la mesa el drama de las migraciones. Marcos registra esa deriva que no parte del hecho de generar un ejercicio fortuito de descolocación, son desplazamientos inducidos por la imposición de las macroeconomías globales, regidas por las maneras de representar al gran capital. En el año 1956 aparece una exposición en Londres, This is Tomorrow, en la que Alison y Peter Smithson presentaron con Eduardo Paolozzi la célebre cabaña “pobre” hecha con materiales y objetos comunes. Este gesto tuvo un impacto extraordinario en arquitectos europeos, que vieron en los materiales ya utilizados un punto de partida para repensar la arquitectura. Se anticipaba con esto el concepto de Arquitectura Radical que reivindicó el valor cultural de esta expresión del arte por encima de la sujeción al funcionalismo. Ángel Marcos busca otros valores, indaga en las posibilidades del arte para llamar la atención sobre un fenómeno que se erige ante nosotros y que ya hemos naturalizado.
La arquitectura en las piezas de Ángel Marcos tiene en sí la piel de sus moradores. Estas obras son un registro de desafío del espacio; hacen evidente su carácter efímero y la ligereza de materiales reciclados provenientes de los desechos. No se regodean en solo presentar el drama de la pobreza, ellas expresan todas las formas posibles de sobrevivencia; sin embargo, apelan también a los afectos, a la autenticidad de una visualidad que genera empatía y que despierta emociones.
La mayoría de estas piezas estuvieron en la exposición que se organizó en el Jardín Botánico de Madrid bajo el título de Arquitectura para sobrevivir. Muchas personas que visitaron la exhibición se sintieron conmocionadas con lo que estaban viendo y así lo expresaron. La propuesta curatorial de Madrid y de La Habana llevan implícito las afirmaciones de Boris Groys cuando comentó los procesos de reauratización de las obras de arte, en una lectura actual de los textos de Benjamin. Estas piezas, que son parte del trabajo de Ángel durante años, conviven con algunas actuales y adquieren nuevas connotaciones en su despliegue museográfico.
Hay muchos debates sobre si el arte puede cambiar la realidad o no. Ángel Marcos, desde sus microrrelatos, crea un espacio de convivencia y hace evidente las contradicciones de un fenómeno que adquiere cada día más fortaleza. El ojo del artista está reconstruyendo a esos otros que se dibujan ante nosotros. Entendemos que, aunque el arte no produce gobiernos, nos hace más sensibles y nos incita a sentir la necesidad de transformar la realidad.
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27 piezas, inéditas e históricas serán expuestas la sala principal del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba, fotografías, esculturas, video e instalaciones
El proyecto consta de 27 piezas fotográficas -clásicos de Marcos, con lugares y situaciones fotografiados por su máquina a través de su visión contextualizada en lo contemporáneo- y esculturas que combinan sus imágenes con materiales recogidos de la calle para crear para crear esos espacios transmutados en instalaciones.
Algunas de las piezas a exponer son ya clásicos de Marcos, como la serie Shipibo, que homenajea al pueblo indígena de la Amazonia peruana del mismo nombre, pocas para dar protagonismo a la visión de la ciudad de La Habana que percibe Ángel Marcos desde su personal objetivo.
Actividades paralelas a “La anarquía del espacio”
Conferencias y debates tendrán lugar a lo largo del calendario de la exposición en el Museo, así como las acciones para producir tres de las piezas de la exposición como la de la creación y montaje de una de las obras que evoca a las chabolas, de la que ya pudo verse una aproximación en la recién exposición de Ángel Marcos “Arquitecturas para sobrevivir” en el Real Jardín Botánico de Madrid. Ángel Marcos coordinará un taller con los alumnos infantiles de algunas escuelas de La Habana para recrear una de las piezas del autor.
Work in progress documental “Alrededor del sueño” de José Ramón Rebollada
Ángel Marcos llevará a La Habana una muestra del documental “Alrededor del sueño”, dirigido por el vallisoletano José Ramón Rebollada, que se encuentra en fase de pleno montaje. “Alrededor del sueño” es un acercamiento a la obra de Ángel Marcos a través de sus creaciones y reflexiones, también las de un nutrido grupo de analistas y estudiosos del arte contemporáneo.
El documental recorre su obra amplia, compleja y diversa, comprometida y analítica, que ha sido expuesta y reconocida en Museos, Centros y Galerías de Arte en diferentes países.
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Carlos Rosón
Presidente fundador de la Fundación Rac
Co-comisario de la exposición “La anarquía del espacio”
La obra de Ángel Marcos tiene como protagonista el paisaje urbano, el territorio y algunas de las ciudades que ha visitado, como Nueva York, Shanghái, La Habana, Madrid o Barcelona, entre otras. Con sus fotografías, el artista reflexiona y nos invita a reflexionar sobre fenómenos como la globalización, la marginación, los suburbios y en general, las transformaciones que sufren las ciudades debido a cómo nos relacionamos en y con ellas. Pese a su sentido crítico, sus imágenes poseen un gran atractivo plástico y estético que consigue cautivarnos y generar reflexión. Su obra busca la sencillez y a la vez el impacto que produce la imagen, jugando con los símbolos, la psicología social y la conformación de la identidad, es decir, con todo aquello que tiene que ver con las emociones, alejándose, por tanto, de todo carácter documental.
En su obra destaca su carácter escenográfico, eliminando lo que considera anecdótico con el objetivo de evocar la memoria (del lugar, del autor, del espectador) a través de la presencia de objetos y del propio espacio que nos interpela con una fuerte carga simbólica. El paisaje suele ser el protagonista principal, de hecho, sus fotografías están íntimamente ligadas a la idea del viaje y al diálogo con el territorio recorrido. Esta idea la ha desarrollado a lo largo de toda su producción, desde sus primeras series en las que captaba los paisajes de los alrededores de Medina del Campo (su pueblo natal) hasta sus últimas obras en las que se aleja de España cada vez más y recorre medio mundo para mostrarnos su visión personal de lugares muy diferentes en los que el principal protagonista es siempre el paisaje. Marcos nos enseña la ciudad y sus alrededores, pasando las personas, en el caso de que aparezcan, a un discreto segundo plano.
Para el artista sigue siendo prioritario el encuadramiento cultural y político de las imágenes, esto es, su ubicación y su significado en un contexto de información global como el actual. Este aspecto resulta especialmente importante al afrontar su trabajo, porque refleja su actitud ante las imágenes y explica la elección del medio fotográfico para desarrollar su creación. Ante todo, le interesa cómo las imágenes nos aportan significados y siguen “mediando entre las realidades interiores y exteriores”. El artista nos sitúa delante de lo cotidiano haciéndonos reflexionar sobre nuestra propia condición, la configuración de la urbe y de la sociedad a la que pertenecemos. Sus imágenes nos atrapan en un primer momento, pero una vez observadas, nos invitan a reflexionar de una manera crítica y muy poco común, produciendo en el espectador una cierta inquietud.
Además de la fotografía, su lenguaje incluye también el vídeo y la instalación. El artista despierta diferentes reacciones y sensaciones con cada obra. A menudo nos transporta a lugares de transición, a las periferias urbanas y a espacios deshabitados o abandonados, que utiliza para referirse al concepto bautizado por el antropólogo Marc Augé como “no lugar” y buscar la verdadera imagen de las ciudades, no la versión edulcorada que muestran las postales o el turismo de masas. Por ello, a pesar del papel protagonista que le otorga a los objetos fotografiados, nada tiene que ver ese universo con el de la publicidad. Muy por el contrario, ellos se sitúan al otro lado del espectro visual e ideológico. Aquí muestran la huella del uso, su agotamiento y su carácter efímero y es precisamente por ello que se abre un espacio para la reflexión.
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Ángel Marcos
Medina del Campo, Valladolid, España
Ángel Marcos trabaja la imagen fotográfica como herramienta de creación, dentro de la cultura de la contemporaneidad.
El artista desarrolla su trabajo sobre proyectos concretos que sirven de enfoque subjetivo para la acción fotográfica. En ellos, explícita o implícitamente, aparecen elementos de las relaciones sociales, económicas e históricas y su reflejo en el medio natural, rural, urbano y sus periferias. Tal es el caso de Paisajes (1997), Alrededor del sueño (2001-2017), La mar negra (2007), Un coup de dès (2008), Rabo de Lagartija (2010) o La subversión íntima, presentado en la 55º edición de la Bienal de Venecia.
Desde sus comienzos en 1982, su obra ha sido expuesta y se encuentra en los más importantes centros, museos y colecciones de arte como el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía de Madrid; Fonds National d’Art Contemporain y la Maison Européenne de la Photographie en Francia; Naples Museum of Art de Florida o la colección Margulies en Miami, entre otros.
En 2014, Ángel Marcos fue nombrado Académico Numerario por la Real Academia de Bellas Artes de La Purísima Concepción de Valladolid.