La artista Karina Beltrán (Tenerife, 1968), residente en Madrid, expone su última obra, una serie de pinturas creadas durante 2019, que incluye acuarelas y collages sobre lienzo, madera y papel.
En "Un astro oscuro", la artista dirige su mirada hacia el interior con el fin de inaugurar el exorbitante proceso de expresar la belleza. Una experiencia de lo bello que tiene que ver más con el mundo interior que con el exterior.
Agnes Martin decía que el artista debe escuchar a su propia mente porque le está diciendo lo que hacer. Karina, en su acto creativo, da primacía a lo emocional; a la expresión de la emoción, que ha sido transformada de impresión en idea por su consciencia. La emoción no se describe, existe en cuanto expresada —y, en su caso, belleza, positiva, que como decía Kant, es “libre de conceptos y significados”—. El acto de la artista es una indagación en...la oscuridad con el fin de formar la claridad, o, si se prefiere, un descubrimiento a partir de lo no visible. Su lenguaje plástico es el resultado del proceso de concienciación o expresión de la emoción, similar al juego que, como decía Gadamer, da lugar a una obra abierta, con espacios que la audiencia, en su experiencia, puede ocupar provisionalmente. Collingwood, citando a Coleridge, decía que el artista “expresa sus emociones por el hecho de que nos da oportunidad de expresar las nuestras”.
"Un astro oscuro" es un conjunto de pinturas abstractas de escala íntima, desconectadas aparentemente de cualquier referencia al mundo físico, en su mayoría con formas geométricas, que reflejan el ensanchamiento y extensión del mundo interior de la artista. Ver mucho en la nada, resistencia que la artista ejerce en relación a la propensión contemporánea de ver nada en el exceso.
Entrada actualizada el el 08 abr de 2021
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