El coche y la cámara fotográfica son prótesis que satisfacen el ansia de llegar más lejos, de aventurarse. La primera de las maquinas/prótesis nos transporta, la segunda nos detiene en el tiempo. Transporte y registro. Detener el tiempo y desde ahí reinterpretar los espacios.

Los escenarios de Kalo Vicent podrían ser no-lugares para quién utiliza la carretera como medio, como simple nexo entre objetivos, kalo ve la carretera, el viaje y sus efímeros personajes, como un fin en si mismo. Este eje de pensamiento es explicado a través de su mirada de fotógrafo, de la experiencia adquirida viaje a viaje, que acaba por arrancar un instante al tiempo al espacio, al paisaje en movimiento. Ese instante en el que queda atrapada la intensidad de su propia vivencia, intima y melancólica. Perdido en la inmensidad de un viaje sin final. En este entorno donde la velocidad ... no es física si no percepción desenfocada, el autor no está solo. Comparte su vivencia con otros, en los que busca su propio reflejo a los que les une el mismo life motive: movimiento/cambio, desplazamiento puro, memoria, desgaste y velocidad.

La emoción latente acaba fija, como aura en la imagen, es la «manifestación irrepetible de una lejanía ».

La otra parte, el espectador, percibe la fuerza del momento, esta que la velocidad nos intenta arrebatar sin conseguirlo, para transformarse en recuerdo - o sensación -.

Para quién se enfrenta a las fotografías, quién se detiene frente a ellas y las incorpora en su propio mapa, esa sensación es de perdida. Nostalgia del viaje, en este caso metáfora de la vida, viaje en compañía de las presencias de personajes que participaron en ella y que no están en el presente o por lo menos no de la misma forma.

El lugar no importa: Arkansas o Castilla? Nos movemos, nos seguimos moviendo, la intensidad del viaje se concentra en cada imagen que logramos retener.

Nota: todas las imágenes se han realizado desde el coche, o a pocos metros del mismo, en el transcurso de innumerables viajes por carretera

Eugenia García