Descripción de la Exposición Kagami (espejo en japonés), es un proyecto del artista barcelonés César Ordóñez. Un viaje de introspección que continua la senda trazada por la serie Ashimoto en 2008. Igual que ésta, tiene por escenario vital y geográfico la ciudad de Tokio. Y en ese marco, que le libera y aligera de cualquier idea preconcebida, y le permite una mirada más fresca sobre si mismo, reflexiona sobre el concepto de identidad. La exposición, compuesta por cerca de 30 fotografías en color de diversos formatos y acabados, y varias piezas de video de corta duración, se transforma en un mosaico de 'espejos' que, a través de imágenes de la ciudad y su gente, y de un modo fragmentado, van reflejando los pensamientos, las dudas, los sentimientos del autor. Encuentros fugaces, instantes plenos, deseos conscientes e inconscientes, realidades oníricas y sueños reales. Imágenes que Ordóñez utiliza para cuestionar su propia identidad, y reflexionar sobre la realidad y variabilidad de la misma. '¿Qué es más real: lo que vivimos, lo que soñamos, o lo que creemos haber vivido?. ¿Quién es más real: el 'yo' que somos, el 'yo' que nos gustaría ser, o el 'yo' que creemos ser?. ¿Este 'yo', nuestra 'identidad', es inmutable, o por el contrario, cambia según el lugar y el momento en el cual nos encontramos?' Kagami: la ciudad duplicada Cuando un artista escoge un tema como eje central de su trabajo está haciendo una declaración de intenciones que nos habla de lo que quiere conseguir, o como mínimo del camino que ha escogido para poder hacerlo. Japón es uno de los elementos que definen el trabajo de César Ordóñez, pero no el único. También tendríamos que hablar de la voluntad de capturar con la cámara fotográfica determinados instantes de la vida de una ciudad y de sus habitantes. He utilizado la palabra 'determinados' deliberadamente; la elección de una cara del poliedro que constituye una ciudad nos indica donde podemos situar al observador. Lo que busca César Ordóñez en Tokio -y se refleja en las imágenes que produce- no es el exotismo oriental que persiguen los románticos del diecinueve, ni ciertamente el reflejo de una sociedad supertecnológica que deslumbra a determinados 'geeks' de pacotilla. Es más sencillo que todo eso, persigue distanciarse, alejarse. Si la Luna estuviese habitada probablemente ya estaría allí. Toda esta distancia kilométrica le permite una mirada inocente que en casa le costaría encontrar, es decir, una mirada sin prejuicios. La primera persona de quien se quiere alejar Ordóñez es de él mismo, para reconstruirse de nuevo en Japón, donde su identidad, libre de ataduras, puede observar como las cosas que le rodean le influyen. -------------------- El año 1999 con la serie de retratos titulada Japoneses, que se pudo ver en el CCCB, podríamos decir que César Ordóñez inicia una línea de trabajo con la que gradualmente ha ido profundizando, y que se consolida con Ashimoto en el año 2008. En este periodo su obra ha evolucionado desde un naturalismo más cercano al fotoperiodismo al uso, hacia la simplicidad formal que implica no tener miedo de realizar fotografías con un cierto componente voluntariamente artificial, manteniendo como una constante un punto escenográfico que nos hace cuestionar lo que vemos y lo que no vemos, permitiéndonos intuir lo que pasa justo fuera del encuadre que el artista ha decidido mostrarnos. En estas series, especialmente en Ashimoto, el artista utiliza el reportaje documental como elemento para articular la narración, la construcción del significado de su trabajo, obteniendo una uniformidad estética que determina la percepción de cada una de las piezas reforzando el conjunto final. En Kagami, César Ordóñez sube un escalón seleccionando piezas que tienen entidad individual como piezas aisladas pero que refuerzan su identidad cuando las vemos sucesivamente. Cada fotografía escogida para la actual exposición en la galería H2O forma parte de un gran rompecabezas que incluye imágenes recientes y otras mas antiguas, pero encajadas de forma que nos permite hacer una lectura lineal de su tesis de trabajo. Las diferentes fotografías seleccionadas, con la inclusión de otros elementos (un espejo, proyecciones de video) en un montaje sencillo pero muy efectivo, atrae al espectador entre la curiosidad y la complicidad, y le permite reconstruir con sus claves personales, el mundo que el artista ha edificado. Màrius Domingo _______________________________________________________________ La invitación del espejo En las leyendas que explican el origen de Japón, tiene un papel destacado un espejo que refleja los rayos con los que la diosa del sol, Amaterasu, ilumina y da vida al mundo. Kagami, 'espejo' en japonés, es el título de este proyecto de César Ordóñez, un juego de imágenes con el que el autor sigue iluminando sus pasos por el país asiático. En este trabajo, Ordóñez no sabe qué escenas van a salir a su encuentro. Ése es el espíritu: poner en práctica la fluidez artística y dejarse invitar por una mirada diletante, sin intención previa ni ideas preconcebidas, con el fin de encontrar nuevos motivos. Como en una anterior serie, la celebrada Ashimoto, tras su magnetismo está el impulso de vivir, de ver, de hacer del viaje la experiencia por definición Desde antiguo, el espejo simboliza la variabilidad, la multiplicidad y la imaginación. También aparece en los mitos como la puerta por la cual el alma puede disociarse y 'pasar' al otro lado. Siguiendo intuitivamente estos sentidos, Kagami se ofrece a tantas interpretaciones como espectadores, a tantas lecturas como ojos se posen sobre estas imágenes robadas al azar de las calles de Tokio. Y a tantos saltos como quiera la propia búsqueda del artista. Albert Martínez López-Amor
Exposición. 31 oct de 2024 - 09 feb de 2025 / Artium - Centro Museo Vasco de Arte Contemporáneo / Vitoria-Gasteiz, Álava, España