Descripción de la Exposición TREINTA OBRAS componen la exposición Julio Romero de Torres. Entre el mito y la tradición que se expone desde el 27 de abril hasta 8 de septiembre de 2013 en el Museo Carmen Thyssen Málaga. La muestra constituye un recorrido por la obra de uno de los pintores más populares de la historia de España. La exposición está formada por una amplia selección de obras maestras, la mayoría de gran formato, que reflejan la evolución estilística del artista cordobés a lo largo de su trayectoria creativa. Entre ellas destaca Un patio andaluz (Pereza andaluza), c. 1900; La Bella Otero, 1913-1914; La nieta de la Trini, 1929-1930 o Venus de la poesía, 1913. La exposición muestra obras maestras de Julio Romero de Torres en las que se puede contemplar su singular universo creativo, obras que le dieron fama y que contribuyeron, junto a su carismática figura, a generar la idea de un pintor de leyenda. Así, aúna influencias de los pintores del primer renacimiento con una estética casticista, para evocar la importancia que la imagen de Andalucía tuvo en la pintura española durante los inicios del siglo XX. Junto a ello hay una ambigüedad permanente en su obra gracias a la tensión que establece entre lo sagrado y lo profano y entre lo simbólico y lo sensual. A lo largo de esta exposición temporal el visitante podrá contemplar diversas secciones organizadas desde un punto de vista temático: «Luminismo y realismo social», «Retratos y símbolos», «Poemas y alegorías» y «Erotismo y sensualidad». Julio Romero de Torres. Entre el mito y la tradición cuenta con la colaboración de numerosos prestadores tales como el Museo Julio Romero de Torres, el Museo Bellas Artes de Córdoba, el Museo Reina Sofía, El Museo de Bellas Artes de Bilbao, el Museo de Bellas Artes de Asturias- Colección Pedro Masaveu, Colección Prasa, Caja Rural de Córdoba, Fundación Cajasur, coleccionistas particulares y la Colección Carmen Thyssen. Luminismo y realismo social Durante su primera etapa, Julio Romero de Torres aunó las influencias del modernismo, el prerrafaelismo y el simbolismo. Aunque comenzó a cultivar una pintura de paleta muy luminosa y técnica suelta, donde se manifiesta su preocupación por el color y el estudio de la naturaleza, pronto abandonó este estilo. Su paleta se fue oscureciendo y se alejó del naturalismo para realizar obras de denuncia social, con figuras de mayor intensidad y melancolía. En este momento empezó a desarrollar el concepto femenino místico y ensoñador, que más tarde cargaría de sensualidad, para ofrecernos un estilo e iconografía personales, y lograr así una pintura realmente identificativa. Retratos y símbolos Julio Romero de Torres está directamente vinculado a la imagen de la mujer. Dentro de la producción de retratos que elaboró durante toda su trayectoria artística, destacan principalmente los femeninos, y es a través de la interpretación de la mujer como podemos apreciar su evolución estilística. El pintor inmortalizó a personajes femeninos propios de diferentes ámbitos socioculturales, tanto a las mujeres burguesas y elegantes como a las más castizas y populares. Todas deseaban formar parte de su repertorio, y a través de sus modelos plasmó las características propias de un estilo ya configurado, convirtiéndolas en mujeres-símbolo. Podemos apreciar como las figuras están cargadas de melancolía a la vez que transmiten inquietud, sin dejar de lado la elegancia, subrayada por su preocupación por la moda femenina de la época. En su conjunto, vemos las características principales de su obra, destacando la precisión técnica y la creación de luces suaves en los ropajes y la piel, que contrasta con la extrañeza de los escenarios o paisajes de fondo, a través de los cuales convierte la realidad en alegoría. Otra tipología que también cultivó, aunque en menor medida, fueron los retratos de familia, que gozaban de gran éxito, gracias al prestigio social que suponía ser retratado por él y poseer una obra suya. Todos ellos se estructuran en torno a una composición a modo de escenario, donde las figuras se sitúan sobre un fondo paisajístico con alguna referencia urbanística, dotando a los cuadros de un carácter un tanto teatral. Poemas y alegorías Otro aspecto muy presente en parte de la producción de Julio Romero de Torres es el significado alegórico que existe detrás de muchas de las imágenes, continuando con la mujer como temática recurrente y símbolo de su pintura, para homenajear a todos los temas de su interés, como la muerte, el amor, el mundo taurino o el flamenco, entre otros. Esta tipología de cuadro la cultivó durante toda su trayectoria a través de obras en las que se repite un esquema heredado del Renacimiento italiano. Creada a modo de planos, en primer lugar la obra está protagonizada por una escena principal -en ocasiones narrada ante un repertorio de figuras en segundo lugar- y detrás un fondo que muestra espacios urbanos de Córdoba. Los personajes, en su mayoría femeninos, aparecen frecuentemente acompañados de elementos que se repiten, como el agua, las barajas de cartas, la fruta o los utensilios domésticos de cobre, siempre cargados de significados alegóricos. Este concepto de repetición existente en esta parte de sus obras -que son generalmente de gran formato- adquiere un valor propio y exclusivo del pintor, que lo hace auténtico e irrepetible. Erotismo y sensualidad Julio Romero de Torres elevó, a través de sus desnudos femeninos, la imagen de la mujer andaluza a la categoría de símbolo erótico de una cultura. Sin abandonar su particular introducción de elementos alegóricos, cultivó principalmente la tipología de desnudo femenino recostado, posible herencia de Tiziano. Estas mujeres retratadas van más allá de la mera sensualidad, ya que están cargadas de un erotismo desbordante, que crea tensión y dota a sus obras de un carácter enigmático muy particular. A esto contribuye la mirada directa de las mujeres hacia el espectador, unas veces perturbadora y otras veces más inocente, pero en todos los casos seductora. Biografía de Julio Romero de Torres Julio Romero de Torres (Córdoba, 1874-1930) es uno de los artistas españoles más reconocidos durante el periodo conocido como fin de siglo, llegando a ser considerado el maestro absoluto del simbolismo andaluz. Su obra se ha asociado, durante mucho tiempo, a corrientes pictóricas populares y folclóricas españolas, pero su producción posee verdadera identidad propia, pasando de ser un mero tópico a considerarse una corriente estética propia del simbolismo. Residió a caballo entre Córdoba y Madrid, y fue en la capital donde comenzó la difusión de su obra gracias a su amistad con importantes artistas y literatos de la época, principalmente con Ramón M.a del Valle-Inclán. Vinculado desde pequeño al Museo de Pinturas de Córdoba -cuyo padre era Conservador del mismo a la vez que pintor-, la formación de Julio Romero de Torres estuvo ligada tanto a la influencia paterna y a la pinacoteca cordobesa como a las aulas de la Escuela de Bellas Artes y el Conservatorio de Música. Durante lo que se considera la primera etapa de su producción, cultivó una pintura de carácter luminista vinculada a la estética de raíz impresionista. Pero fue a partir de un viaje a Italia en 1908 cuando su trayectoria experimentó un giro definitivo, consolidando un estilo propio que identifica su pintura. Desde este momento, sus composiciones se caracterizarán por poseer una gran carga simbólica, así como plasmar constantemente el concepto de dualidad, cuyo objetivo reside en representar la simbiosis existente entre dos extremos morales.
Exposición. 12 nov de 2024 - 09 feb de 2025 / Museo Nacional Thyssen-Bornemisza / Madrid, España