En la segunda década del siglo XX, el concepto de pintura urbana, obedece principalmente a entornos habitados. Masas de asfalto o cristal, parajes portuarios o industriales y a veces un cierto urbanismo rural de singulares y bucólicos parajes.

SALA PARÉS presenta en su Espacio 1, un concepto muy poco habitual en la pintura de estas características, como son los espacios verdes en entornos habitados. Jardines, patios interiores, etc., espacios donde los árboles tienen vida propia y no dependen directamente de la naturaleza o la climatología, sino que cohabitan en casas y hogares, a veces con grandes atenciones y cuidados y otras de forma absolutamente descuidada.

FERNÁNDEZ PINEDO presenta un conjunto de obras donde la frondosidad arbórea es protagonista, gracias a un peculiar e intenso tratamiento lumínico -según la época del año- donde el ... árbol, en su mayoría higueras, su densidad y su ramaje son protagonistas, bien en solitario, o bien rodeados de tejados y paredes, apenas perceptibles, pero que delimitan y contrastan el espacio. Una obra acercándose al realismo in extremis, con connotaciones fotográficas, con los árboles como protagonistas, a través de sus enormes ramificaciones, sus vericuetos, sus más mínimos detalles, gracias a un pincel preciso, elaborado, pequeño, ligero y aplicado a la perfección.

Verdaderamente, un trabajo admirable, exquisito, excelente - ecordemos que Juan Manuel Fdez.-Pinedo, se formó en la escuela de Artes y Oficios de Madrid, y posteriormente en talleres de artistas reconocidos- aunque un tanto barroco y denso, con excesiva similitud entre las obras, que si bien se muestran altamente decorativas, dentro de la sala ofrecen una sensación abigarrada y excesivamente plena.