Descripción de la Exposición
Se trate, cual es el caso de esta su nueva exposición, de retratos, de naturalezas muertas (¿muertas?) o de paisajes, el hacer plástico de José María – Chema – Albareda es siempre, él mismo lo ha confesado una y otra vez, una indagación en torno a la relación ausencia-vacío; una indagación, eso sí, apoyada en un saber pictórico que le permite, al adentrarse en tan apasionante campo de exploración, ir creando unas obras en las que nos propone, mediante la fractura-fusión entre lo figurativo y lo abstracto, una serie de espacios para la contemplación cuyo entramado de significados sustenta la transmutación de la realidad no pictórica que en principio sería el punto de partida del proceso en la nueva realidad, mucho más plural, infinitamente más rica, en ellas así no representada sino creada. Unas obras en las que esa tan querida-buscada por su autor relación ausencia-vacío se decanta en la conformación de áreas anímicas que, desde la utilización de una paleta decididamente cézanneana y un soberbio uso de los elementos matéricos, proponen al observador un enganche sensitivo-emocional con la esencia de lo creado a partir de la sutil sugerencia de lo físico que late en la propia materia, tanto si se trata de la atmósfera de cualidades táctiles en las que se sitúan – casi habría que decir que nacen – esas mesas de trabajo (los lugares donde, según sus propias palabras “se produce la alquimia de la materia”) en las que lo sutil y lo corpóreo se afirman en el extraordinario juego de manchas-sombra que las alumbra, como de la mantenida persecución del infinito de sus paisajes rurales o urbanos – en aquéllas y en éstos presente siempre la huella humana en el propio, paradójicamente, constatado latir de su no estar – o de la trascendida, ora desgarradora, ora nostálgica, ora trémula, impactante carnalidad de sus retratos, sobrecogedoras síntesis visuales de la esencia misma de sus modelos. Pintura-frontera, pero siempre, y por encima de todo y ante todo, pintura, Albareda, fiel a las propias constitutivas reglas del universo pictórico pero en ellas y desde ellas jugándose el tipo, consigue transmitirnos en muchas de sus realizaciones ese “presente eterno” que, según la ensayista y poeta estadounidense Siri Hustvedt, “se eterniza en la mirada-recuerdo del observador”, consiguiendo así ese desiderátum planteado por Paul Claudel en la cita con la que el propio pintor ha querido cerrar el texto por él firmado en el catálogo de su muestra: “cada pintura encierra dentro de ella un rectángulo de silencio y una razón para perturbar nuestra trama interior”
José Ángel García
Exposición. 19 nov de 2024 - 02 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España