Descripción de la Exposición Las obras de Anna Sanchis se caracterizan por su sorprendente energía, que, casi, golpea al espectador que se encontrará con una serie de obras llenas de nervio sin olvidar la estética y que, al mismo tiempo, contienen un halo de denuncia. Y es que las ciudades que presenta están llenas de rascacielos y resultan inhumanas y grotescas, inmensas y sin sentido, y en las que habitan colonias de hombres enclaustrados en sus madrigueras. La sociedad urbanita e inquietante, que presenta Sanchís en la Llotgeta, no puede evitar que la soledad lo envuelva todo. Es, al final, un reflejo del sistema capitalista, individualista y del todo inhumano. Este es el esquema discursivo en el que construye sus juegos de colores, sus reflexiones, sus radiaciones repletas de juegos de luces, de colores, de volúmenes, lo que aporta profundidades casi inesperadas en sus cuadros. Las radiaciones varían en función de si es de día o de noche, lo que da lugar a una obra sorprendente y en la que las reflexiones diurnas son cálidas, con colores ocres, rojizos y anaranjados y en las que la noche se puede ver en la luz violácea, espectral, enigmática y fría. Anna Sanchis construye una trama de colores, y así percibimos la ciudad como un mosaico, formado por teselas separadas aparentemente unas de otras, y donde cada color puede incluso interpretarse como un barrio, como una comunidad, aislada de las otras por factores de tipo social, económico o, incluso, religioso. Tras aquellos focos de color se desarrolla también un lenguaje, que sin desear ser simbólico sí de algún modo nos remite a las diferentes partes de la ciudad. Pero en estos trabajos también descubrimos el componente del juego, de la creación lúdica, que remata con la serie de imanes, donde la ciudad es móvil, donde las piezas se disponen según el gusto de cada uno, dejando al público la total libertad de componer su cuadro de luces y reflejos, proponiéndole construir su ciudad ideal. Así, su obra resulta impactante por lo abierta que se muestra a la acción del visitante. Y esto es un componente más de la libertad y seguridad con las que se desenvuelve esta artista. Son cuadros inquietantes por la incertidumbre que desprenden; cualquiera los puede desorganizar, los puede cambiar, incluso existe el riesgo de alterar de manera irreparable el resultado. Y de la belleza de lo efímero, el visitante descubrirá que todo evoluciona y se transforma, por lo que jamás volverá a ser igual. Desde esta constante metamorfosis, Anna Sanchis propone la construcción de la ciudad ideal, de la ciudad soñada, donde al desarrollo racional de los bloques de edificios se opone la creación de amplias avenidas y de numerosos jardines, de lugares de diversión y de distracción urbana. La artista con esta muestra reconoce ser urbanita y no oponerse a la ciudad per se y se muestra partidaria de los barrios vivos, con su propia personalidad, con sus jardines, sus mercados, sus parques infantiles, sus bares, sus terrazas. Y en la que se disfruta paseando por los juegos de luces y volúmenes de una ciudad tan viva como imaginaria.
Exposición. 26 nov de 2024 - 16 mar de 2025 / Museo Nacional del Prado / Madrid, España
Formación. 23 nov de 2024 - 29 nov de 2024 / Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS) / Madrid, España